Morelia, Michoacán.- México tiene una diversidad biológica, sin embargo, por el cambio climático, la caza incontrolada u otros factores, ha generado que especies animales y vegetales estén en peligro de extinción y un ejemplo de ello es el asombroso ajolote, y del que tiene un primo hermano poco conocido, el achoque michoacano.
El achoque michoacano se encuentra en las aguas del lago de Pátzcuaro y en la laguna de Zacapu. Es parte de las 659 especies de salamandras que se habita en el mundo.
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Este anfibio tiene una antigüedad de aproximadamente 370 millones de años, se le conoce como achójki que significa lodo, cieno o renacuajo. Mide cerca de 25 centímetros, incluyendo la cola. Se encuentra en la Protección Especial de la Norma Oficial Mexicana, además que está considerada como Críticamente Amenazada en Lista Roja de la UICN.
Sin embargo, el hábitat del achoque se ha visto impactado debido diversas actividades del ser humano, tal como el deterioro constante del Lago de Pátzcuaro.
Para los purépechas, esta especie tiene una tradición medicinal, ya que ayuda a tratar las vías respiratorias, curación de empachos y sofocamientos hasta incluso facilita el parto. Además, era usado como fuente de alimento por tener un alto contenido energético.
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Existe una historia sorprendente, que es cuando la gente comenzó a darse cuenta de que poco a poco estaban desaparecido la especie, un equipo de monjas decidieron establecer un criadero, y fue hasta el 2000 que este grupo se registró como Unidad de Manejo Ambiental ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con la finalidad de proteger y conservar este anfibio.