Morelia, Michoacán.-México, cuna de una rica diversidad vegetal, sufre las consecuencias del cambio de uso del suelo, que amenaza su patrimonio natural.
Actualmente casi la mitad del territorio mexicano nacional ya no cuenta con la cubierta vegetal original, todo debido a que el ser humano ha provocado la extracción masiva de madera, en bosques de coníferas y encinos, así como el cultivo de ciertos alimentos como los aguacates.
Es por ello que la gente desconoce el gran impacto ambiental que representan los suelos, es decir, que empieza haber consecuencias en el cambio climático, tal como lo estamos pagando con la extrema sequía.
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El principal efecto cuando se cambia el uso de suelo y se deforesta un espacio ecológico, es que el dióxido de carbono se escapa a la atmósfera. También otro impacto que se da a nivel local es que al quitar la cubierta vegetal genera que las condiciones de temperatura y humedad cambien.
Ante esta preocupante situación, en las Convenciones Marcos sobre el Cambio Climático se llevan a cabo los compromisos que cada país presenta de manera voluntaria para combatir los gases de efecto invernadero.
En México, para hacer un cambio de uso de suelo, se debe cumplir con ciertos requisitos señalados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart).
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¿Qué es el cambio de uso de suelo?
El cambio de uso de suelo es la remoción de vegetación de los suelos para que se pueda usar para otra función, tal como para fines agrícolas.
Este tipo de actividades busca aprovechar los recursos naturales que provee los suelos, pero si no se realizan de manera debida, puede ocasionar efectos negativos para el ecosistema, es por ello que existen leyes y ministerios ambientales que vigilan que todo se haga acorde a lo estipulado.
Las principales razones por que las que se hace un cambio de uso de suelo es la expansión y manutención de actividades agropecuaria, la urbanización o la construcción y ampliación de industrias.