Morelia, Michoacán.- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) busca combatir la desertificación, un problema ambiental que avanza cada vez más y que representa un peligro para la humanidad. Te contamos qué es y qué es lo que hará la organización para combatirla.
La desertificación es un proceso de degradación ecológica que ocurre en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Este problema es causado por factores tanto físicos, biológicos, políticos, sociales, culturales y económicos. Este proceso puede incluir el avance de los desiertos y la invasión de terrenos de dunas.
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Algunas de las actividades humanas que pueden provocar la desertificación son la urbanización, minería, agricultura y ganadería, pues para realizar cualquiera de estas actividades se talan árboles y elimina otro tipo de vegetación.
¿Cómo afecta la desertificación a la humanidad?
La desertificación puede traer graves consecuencias como la pérdida de productividad del suelo fértil, la degradación de las condiciones de vida, la inseguridad alimentaria, la desigualdad de acceso a los recursos naturales y la migración de la población.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación, hasta un 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo cual afecta directamente a la mitad de la población mundial. La cantidad y duración de los periodos de sequía aumentaron un 29% desde el año 2000 y, si no se toman acciones urgentes, más de tres cuartas partes de la población podría afrontar sequía para el 2050.
Bajo el lema "Nuestras tierras. Nuestro futuro", la ONU invita a gobiernos y población en general a hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos con la finalidad de alcanzar un desarrollo sustentable.
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Para mantener el calentamiento global or debajo de 1.5 °C ests siglo, explica la organización mundial, debemos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030, de lo contrario, la exposición a aire contaminado aumentará en un 50% en esta década, mientras que los desechos plásticos que terminan en los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para el 2040.