Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Cuando un grupo de treinta mujeres de la comunidad de La Mina, perteneciente al municipio de Álvaro Obregón, ingresó hace un año un proyecto ante lo que era en ese momento la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (SEMARNACC) solicitando apoyo para que se les donara un criadero de pollos, nunca imaginaron que lo que a sus manos llegaría serían colmenas de abejas.
Ninguna integrante de la cooperativa tenía conocimiento alguno del manejo de abejas ni mucho menos de la producción de miel. El temor a los antófilos fue tanto que varias mujeres decidieron claudicar y el grupo quedó reducido a ocho personas: Cristina Andrade Vega, Breijida Andrade Vega, Patricia González Espino, Rosalba Flores Paniagua, Mariana Sandoval Sandoval, Salud Flores Sandoval, Celina González González y Ufemia Díaz Sandoval.
Al inicio, por falta de presupuesto, las mujeres se internaban al apiario sin ningún tipo de protección. Con sus vestidos, huaraches y un simple velo sobre la cabeza, comenzaron a tratar a las abejas, aunque la factura a pagar durante cada visita eran los incontables piquetes por todas partes del cuerpo.
“Con el tiempo se nos fue quitando el miedo de agarrar las colmenas, siento que es porque las hemos ido conociendo más y ellas a nosotras. Ahora nos llaman para que vayamos a rescatar panales que la gente encuentra y nosotras las traemos al apiario para ver si logramos que se queden”, expresa Cristina Andrade Vega.
En un inicio, el apiario se ubicaba en la Isla de Cirio, ahí mismo en Álvaro Obregón; sin embargo, al poco tiempo los habitantes de la zona comenzaron a quejarse por las picaduras de las que eran víctimas, por lo que tomaron la decisión de trasladar sus colmenas a una especie de reserva ecológica que se encuentra en La Mina.
A un año de distancia, ya con los trajes que le fueron proporcionados por el Ayuntamiento de Álvaro Obregón que encabeza el alcalde Fernando Sánchez Juárez, las ocho mujeres ya se sienten más capacitadas para el tratamiento del insecto. Incluso, recientemente acaban de inaugurar su página de Facebook Apiario Nueva ilusión de la MINA Michoacán.
Cada jueves y durante dos horas, las apicultoras verifican con paciencia las 19 colmenas con las que cuentan. Explican el proceso de producción de miel, señalan a la abeja reina, a las obreras, a los pocos abejorros y hasta bromean con los ejemplares que coloquialmente se les conoce como holgazanes, “porque no hacen nada, más que estarse besuqueando a la reina”.
Si bien no se consideran especialistas, se enorgullecen de estar avanzando cada vez más en su proyecto, esto, en parte, gracias a las capacitaciones que reciben de doctores del Comité Estatal de Sanidad e Inocuidad Acuícola de Michoacán (CESAMICH), investigadores y académicos de universidades que visitan el apiario.
“La primera vez que sacamos miel fueron como 30 litros, pero como no sabíamos, yo creo que nos la llevamos con todo y abejas porque al regresar nos encontramos con que muchas se habían ido. Ahora ya tenemos un poco más de conocimiento, hemos comprendido la manera en que se deben dividir las colmenas”.
La miel que producen se pone a la venta con los mismos habitantes de La Mina, o en ocasiones se queda entre la familia de las integrantes de Nueva Ilusión. A decir de las mujeres, el objetivo es elevar la producción y llegar a municipios aledaños, entre los que se incluye Morelia.
No obstante, al no haber un programa ni una partida presupuestal de parte del Gobierno del Estado que sea destinado específicamente a los apicultores, el presidente municipal de Álvaro Obregón señala que se ven limitados a apoyar con lo que sus recursos les permiten, además de dar un seguimiento para que la cooperativa no decaiga.
“A través de la Dirección de Fomento Económico les estamos dando un acompañamiento para que se pueda registrar el nombre como una marca totalmente ecológica, pero para ello es necesario incrementar la producción, pero vemos que van por buen camino, pues pasaron de tres colmenas a tener 19”.
Sin embargo, las integrantes del grupo no se muestran desesperadas por llegar a ese punto. Tras la jornada en el apiario, organizan una convivencia con comida y refrescos. Bromean y constantemente se refieren a Celina González como la mujer de más edad, pero también la que aguanta mejor los piquetes.
Además de procurar a las abejas, Cristina Andrade reflexiona que Nueva Ilusión les ha servido para liberarse por un rato del estrés y se ha convertido en una distracción para hacerle frente a la depresión que a muchas de ellas les agobia.
Urge legislar a favor de las abejas
La devastación ambiental que vive Michoacán a causa de las 120 mil hectáreas de cultivo de aguacate certificadas, así como las clandestinas e ilegales, ha colocado al estado en una situación crítica respecto a la conservación de abejas y el servicio que prestan, por lo que de no legislarse pronto en esta materia, su desaparición será inminente.
Lo anterior lo advierte el apicultor y activista, Erick Legaria, quien señala que la variedad de polen en el estado cada vez es más escasa, lo que termina afectando en la calidad de los alimentos, destruyendo ecosistemas y la razón de ser de muchas especies, entre ellas las abejas.
Hace ocho años Michoacán se ubicaba en la quinta posición a nivel nacional en cuanto al número de abejas y producción de miel, pero de acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el estado ha descendido hasta el décimo lugar, de tal forma que si se mantiene esta tendencia, el activista asegura que en poco tiempo se estará ocupando los últimos peldaños del país.
Si bien las hectáreas de aguacate producen polen, aclara que el hecho de que sea un monocultivo genera que las abejas se enfermen, por lo que curarlas encarece todo el proceso, además de que aseveró que esta especie requiere de un paraje rico en flora.
“Lo que vemos en Michoacán es que cada vez hay menos bosques y por ende pocas abejas. El exceso de fósforo en los plantíos de aguacate le está poniendo en la madre a todo y si a eso le sumas los cambios climáticos, la crianza de abejas reinas se vuelve un problema, de tal manera que si no encuentran flores y agua, lo que hacen es comenzar a migrar, pero imagínate que una abeja quiera pasar de Lagunillas a Los Reyes, pues no tiene dónde pararse y se iría alimentando de agua contaminada”.
Para Erick Legaria y los mil 500 apicultores que se tienen registrados en la entidad, la problemática de la conservación de las abejas no está presente ni siquiera en el discurso de la actual administración estatal y es que de acuerdo con la información proporcionada por la Secretaría del Medio Ambiente de Michoacán, la única acción que se ha hecho a favor del gremio de apicultores es el establecimiento de jardines para polinizadores en 3.5 kilómetros lineales en sitios como el Parque Zoológico “Benito Juárez”, la plaza Vasco de Quiroga en Pátzcuaro, el Instituto Tecnológico de Zitácuaro, entre otros.
Ante este panorama, el activista detalló que a través del Consejo Cadena Apícola de Michoacán han estado realizando foros y teniendo acercamientos con los diputados del Congreso del Estado para hacer adecuaciones a la Ley de Fomento Apícola.
Dentro de los ocho puntos que están proponiendo como organización, urgen a emprender un programa de protección apícola dentro de la Ley de Medio Ambiente y Cambio Climático, así como el repoblamiento de las miles de colmenas que hay sin abejas.
Asimismo, proponen la instalación y financiamiento dirigido al menos a uno de los cuatro centros de acopio certificados para miel que se ocupan en el estado y así poder conseguir la exportación directa; es decir, sin intermediarios comerciales.
Por otra parte, solicitan gestionar el acceso a créditos preferenciales para los apicultores, que se tomen medidas en contra de mieles piratas y que se denomine a la miel únicamente cuando sea un producto del aprovechamiento de la ganadería apícola.
En el punto cinco, el consejo señala que se debe aplicar la normativa vigente que permita el ingreso controlado de colmenas al estado y con el aval de las organizaciones de apicultores, así como que la Ley de Fomento Apícola incluya presupuestos y programas para el sector, dado que la versión actual solamente menciona las obligaciones.
Finalmente, refieren que se deben buscar los mecanismos para que los apicultores sean beneficiados con el pago por servicios ambientales y así contrarrestar la problemática que están viviendo en la actualidad.