Morelia, Michoacán.-En México existe un aproximado de mil 150 especies de aves, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). La mayor parte de ellas radican en el territorio nacional desde hace miles de años, lo que las convierte en aves nativas.
Un claro ejemplo es la matraca serrana (Campylorhynchus gularis), una especie de ave presente únicamente en México que eligió como su hábitat la Sierra Madre Occidental y la parte sur de la Sierra Madre Oriental.
Sin embargo, dentro de las especies contabilizadas también se encuentran las que vienen de visita por sólo por unos meses o simplemente van de paso: se trata de aves migratorias, las cuales se clasifican en residentes de invierno, residentes de verano, transeúntes o de paso, y migratorias con poblaciones residentes.
Las residentes de invierno más famosas en Michoacán son los pelícanos borregones (Pelecanus erythrorhynchos), que vuelan desde Canadá hacia los lagos de Chapala y Cuitzeo. En contraparte, la golondrina tijereta (Hirundo rustica) es una residente de verano que anida en estructuras hechas por el hombre.
Caso aparte son las aves exóticas o introducidas, las cuales llegaron al territorio nacional de manera intencional o accidental como resultado de actividades humanas. De acuerdo con la Subcoordinación de Especies Invasoras de la Conabio, estas especies dañan al ecosistema, a las especies nativas, a la salud e incluso a la economía.
El perico monje argentino (Myiopsitta monachus) es un caso extremo de especie invasora, al principio se comercializó como mascota pero terminó convertida en una plaga por su capacidad de adaptación, sobre todo en la Ciudad de México. Esta especie exótica no sólo compite y desplaza a las nativas, también daña cultivos e infraestructura como antenas de telefonía y postes de energía, donde construye nidos de hasta diez metros de diámetro.
Michoacán no está exento de la presencia del perico monje argentino, hay al menos diez avistamientos registrados en la plataforma Naturalista, ocho de ellos en la zona sur de Morelia, una en Jacona y otra más en los límites entre Coeneo y Zacapu.