Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Cada año las Ballenas Jorobadas migran desde el norte y sur del continente americano, hacia la zona del Pacífico Centro para su reproducción y parir a sus crías. Michoacán, Nayarit, Jalisco, Guerrero y Oaxaca son algunos lugares donde hay avistamiento de estos mamíferos marinos, sin embargo, biólogos concuerdan que el cambio climático podría causar en un futuro efectos negativos en las rutas migratorias y su alimentación.
Estos cetáceos llegan en diciembre y regresan a mediados de marzo, pero el biólogo y docente de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Ramiro Sánchez Pérez, apunta que en el estado no es común observar a las ballenas, aunque no quiere decir que no pasen, sino que no es su zona de alimentación o reproducción.
A finales de 2021, en Michoacán la Secretaría de Turismo y la iniciativa privada comunicaron sobre el avistamiento turístico; en ese momento el representante de Ecoturismo Morelia, José Octavio Salguero, refirió que se podría observar a las ballenas derivado de cambios en el comportamiento de estos seres marinos, probablemente a causa del cambio climático.
Avistamientos desde 1999
El maestro en Ciencias y docente del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMAR) 116 de Lázaro Cárdenas, Luis Antonio Valdovinos Jacobo, afirma que los primeros avistamientos que él logró ver en dicho municipio fue en 1999. Con el paso de los años también han logrado observar delfines, toninas y orcas, además, en 2017 se registró un caso extraordinario de un lobo fino de Galápagos.
Los factores que permiten la apreciación de estos mamíferos marinos son las corrientes oceánicas y en Michoacán hay dos influencias, es decir la del norte: la corriente de California de agua fría y Sur: la corriente ecuatorial de agua caliente.
Un mapa de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) indica que en el mundo existen 14 rutas de migración de las ballenas jorobadas. El documento de Programa de Acción para la Conservación de la Especie en Riesgo Ballena Jorobada de dicha dependencia en 2018, indica que la distribución actual de la especie es en general original, aunque algunos estudios sugieren cambios en la distribución de zonas de alimentación posteriores a la etapa de captura comercial del siglo XX.
Ahora, con el cambio climático, el maestro en Ciencias subraya que las ballenas u otras especies podrían sufrir desorientación y que con el fenómeno intenso de El Niño posiblemente se requiera estar alertas; “El calentamiento del agua con el Niño va a empezar a empujar organismos que no veíamos o no conocemos hacia la costa del Pacífico porque vienen siguiendo el agua dulce, la temperatura más baja del mar”.
Varamiento y muertes
En Michoacán, parte de la ruta migratoria de la Ballena Jorobada es Playa Azul, el Bejuco, La Soledad, y Caleta de Campos, aunque Sánchez Pérez acota que los mejores lugares para ver ballenas desde el punto turístico es Nayarit, Jalisco Sinaloa, el Golfo de California, la Península de Baja California, además de Zihuatanejo y Oaxaca. La mayoría de organizaciones de ecoturismo están conformados por pescadores que reciben una capacitación y tienen que sujetarse a una licencia de la Semarnat y la NOM 131 para el avistamiento responsable.
Agrega que si bien el cambio climático no ha modificado las rutas, se desconoce el comportamiento que tendrán en el futuro, además que cuando se observa un cambio en la conducta de los cetáceos, los lancheros y biólogos deben hacer recomendaciones para modificar la NOM y la conducta de los visitantes pues existen ciertas restricciones como el avistamiento, en caso de lanchas pequeñas a 60 metros de distancia y en el caso de embarcaciones a 200 metros, tampoco se permiten motos acuáticas ni ruidos.
Aunque afirma que no hay información científica sobre los cambios de conducta y los tiempos de avistamiento, al menos en la región de México, si hay un problema grave en cuanto al desecho de basura en los mares porque cuando ocurren varamientos en las orillas de las playas, después de las autopsias han encontrado plásticos o metales en el estómago.