Morelia, Michoacán (OEM Infomex).- No es muy común que los científicos descubran una nueva especie de mamífero, y menos de uno que alcanza los 12 metros de longitud, pesa hasta 30 toneladas y navegue por las aguas de una zona densamente poblada.
Esto ocurrió en 2021, cuando los científicos anunciaron una nueva especie: la ballena de Rice o rorcual de Rice, antes considerada una subespecie de la ballena de Byre.
Sin embargo, hay malas noticias, pues estas ballenas filtradoras, por su hábitat al sur de Florida, se encuentran en peligro crítico de extinción, y según estimaciones de los investigadores, sólo quedan 51 ballenas, lo que las convierte en uno de los mamíferos marinos más raros del mundo.
De acuerdo a la Redlist de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), quedan solo 26 especímenes adultos.
Las ballenas de Rice viven bajo amenaza constante de ser agredidas por colisiones con embarcaciones, actividades de entrenamiento militar, prospecciones de petróleo y gas, y la contaminación ambiental.
En 2012, el vertido de petróleo en el Golfo contaminó casi la mitad del hábitat de las ballenas, la cual mató aproximadamente al 17 por ciento de la población restante, enfermó a otros 18 por ciento y dejó casi una cuarta parte de las hembras con problemas para reproducir.
Ante esta situación, científicos que trabajan con la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados unidos (NOAA, en sus siglas en inglés), han puesto en marcha una serie de proyectos de investigación para saber más de la especie.
Por ejemplo, en un estudio revelado en enero, utilizaron las características de vocalizaciones de estas raras ballenas para rastrear sus movimientos, y se halló que viajan fuera de su área de distribución principal.
Estos animales marinos llevan mucho tiempo llamando la atención de los investigadores, que empezaron a estudiar su anatomía desde hace casi dos décadas.
Las pruebas genéticas habían sugerido que las ballenas eran distintas a las demás, lo cual se confirmó gracias al hallazgo de un cráneo que apareció en los Everglades de Florida, en 2019.
Tras el descubrimiento, la NOAA elaboró un plan de recuperación de la especie, en donde exigen reducir las colisiones con embarcaciones y proteger el hábitat de las ballenas de las amenazas asociadas al cambio climático.