Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Desigualdad salarial, acoso y falta de apoyo por parte de familiares, es lo que aún viven algunas mujeres que se desempeñan en deportes de contacto como el judo, box, taekwondo o la lucha, señalan practicantes y ex figuras michoacanas.
La lucha comienza en casa
Mónica Hernández es una moreliana de 31 años de edad, psicóloga y con más de 20 años como judoca; cuatro como entrenadora y dos al mando de la Asociación Michoacana de Judo. Destacan sus galardones estatales, nacionales e internacionales como el bronce individual y plata por equipos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014.
A pesar de que "Moni" descubrió su pasión por el judo a corta edad, su madre no estaba convencida.
"El principal reto venía desde casa. Siempre tuve el apoyo de mi papá y mi hermano. Sin embargo, mi mamá estaba un poco renuente, al creerse que era un deporte para hombres, que me iban a lastimar".
A la instructora constantemente se le mencionó que no era posible que una mujer, y menos de tan pequeña estatura, practicara una disciplina de contacto. "Además el judo siempre es asociado con el deporte de sumo, pensando que es para personas grandes y de sobrepeso".
Para la psicóloga, quien se define como "muy terca", no hubo poder humano que la detuviera en su objetivo. Empero, acepta que las personas dejan de luchar por sus metas ante el estigma y creencias sobre la mujer deportiva. "Todavía se guían por una figura femenina muy estética, bonita, delicada y eso congela a la mujer para atreverse a realizar un deporte de contacto".
El machismo en la lucha libre
Nexy, como es conocida en el mundo de la lucha libre, es una moreliana de 18 años que desde los 15 comenzó a desempeñarse en la especialidad, pues es el área de su padre el enmascarado Arhgo. Sin embargo, su mayor desafío es el sexismo.
"Mucha gente aún lo considera un deporte para hombres. Entonces, el principal obstáculo es el machismo. A veces los aficionados, en su mayoría los hombres, no se detienen a decir que eres buena luchadora o que tienes buena técnica. No, ellos se limitan nada más a mencionar que eres bonita".
Aunque los comentarios como "está sabrosa" son los que más incomodan a la joven, quien también estudia una carrera universitaria, enfatizó que con dedicación y entrenamiento se puede revertir ese tipo de etiquetas.
Igualmente cree que la falta de luchadoras se debe a esta idea forjada sobre su papel en el deporte, pues hay familias que no permiten a sus hijas dedicarse a esta actividad, al considerarla como "fuerte". Además, la moreliana comparte que ha escuchado sobre casos de mujeres que entrenan o luchan a escondidas.
La disparidad salarial del boxeo
Soledad "Sol" Vargas, apatzinguense de 29 años, inició en el boxeo a los 14 lo que la llevó a representar a Michoacán a los 15 años y en el 2016 llegó al profesionalismo.
La pugilista que ha sido campeona nacional y buscó un título mundial, confesó que al principio no gustaba del deporte a puños, pero se involucró para llamar la atención de su padre, lo cual logró, mencionó entre risas.
Al final lo ve como una buena elección, no obstante, la mayor adversidad en el ring es la disparidad salarial que existe en comparación con los varones. "Para darte una idea, si un hombre gana un millón por pelea, a una mujer solo le pagan un cuarto de ese millón".
De igual forma, manifiesta que la falta de boxeadoras michoacanas se debe al acoso sexual, eso es lo que las lleva a retirarse. "He sabido de varios casos, lo dejan, no quieren saber nada del boxeo".
Después del retiro
La ex seleccionada nacional y michoacana, Rosa Emma Reyna Peñaloza, entrenadora de Taekwondo desde hace seis años en Morelia, apuntó no experimentar algún tipo de distinción por su género durante los más de 20 años como atleta.
En cambio, ahora como formadora observa que son pocas las mujeres en este sector. "Comparado con la cantidad de hombres que hay. Sí es mucha la diferencia, incluso como profesora, no solo como entrenadora".
Por otro lado, recuerda que en una ocasión un padre de familia rechazó inscribir a su hijo en la escuela de taekwondo que tiene, al externar no querer clases con mujeres por la falta de autoridad que representan.
No dejen de luchar
Pese a todo, las cuatro atletas sostienen que su especialidad les ha dejado gratas experiencias, amistades, viajes, conocimiento y más que nada disciplina. Por lo que piden a cada niña o mujer, "arriésguense y luchen por ese sueño", sin importar el tipo de deporte.
