Las mujeres en el judo, un ejemplo de lucha y resistencia

La mujeres en el judo afrontan desigualdades salariales y de oportunidades en Michoacán

Gabriela Serralde / El Sol de Morelia

  · miércoles 26 de junio de 2024

Sandra Ivonne Sánchez Soriano, entrenadora de judo, instruyendo a unos niños / Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán.- De un lado una veintena de niñas practican gimnasia, mientras que en el otro extremo, sobre el tatami, entre el numeroso grupo de judocas, solo hay cuatro pequeñas. Sin embargo, hacen lo suyo: defienden, atienden las indicaciones y se divierten. La entrenadora, Sandra Ivonne Sánchez Soriano afirma que en este deporte, la rama femenil es la que ha conseguido más medallas e incluso tiene más representantes, por ejemplo, para los Olímpicos de este año clasificaron dos féminas y ningún varón.

En entrevista con El Sol de Morelia, la también licenciada en Cultura Física y Deporte, que apenas el pasado 16 de junio acompañó en calidad de entrenadora a Jeshua Gutiérrez, quien ganó un bronce en los Juegos Nacionales Conade en la categoría Sub-15 varonil, refirió que la participación de las mujeres en este deporte no ha aumentado mucho y esto se debe a la idiosincracia de la gente:

“Hago judo desde los 14 años, llevo 20 años haciéndolo, mi papá me invitó porque yo hacía otros deportes, pero mi papá una vez me insistió tanto y cuando lo vi dije '¡wow!', (pero hay mucha idiosincracia de que las mujeres debemos hacer cosas de mujeres y el deporte de contacto no es de mujeres”.

Ivonne Sánchez comenzó a competir a los 14 años, pero el año siguiente ganó su primera plata y luego le se convirtió en campeona nacional desde 2007, hasta que se retiró en 2015, luego, su entrenadora le propuso entrenar a niñas juveniles y ahí comenzó su travesía como coach, actividad que ha realizado durante los últimos nueve años.

Sobre el papel de las mujeres dentro de este deporte como entrenadoras, comentó que durante los últimos años incrementó un 30 por ciento, y que en ese sentido hay un poco más de equilibrio, aunque admitió que en cuanto a los salarios aún existe una brecha.

“En Conade mi sueldo era de 15 mil pesos como entrenadora de selección juvenil, y un auxiliar varón que era arquitecto ganaba 25 mil pesos, 10 mil más que yo, y aunque yo no estaba titulada tenía una trayectoria buena, era muy técnica, y un metodólogo me dijo que la diferencia era que yo no tenía a quién mantener”.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) arroja que en el sector de Servicios de esparcimiento, culturales y deportivos, en Michoacán existe una brecha salarial del 21.78 por ciento, ocupando el lugar 23 a nivel nacional, pues a nivel México la brecha es del 25.12 por ciento.

La judoca agregó que este año hubo cuatro clasificados para los Juegos Nacionales Conade. Sin embargo, solo compitieron tres, de los cuales, uno consiguió una medalla de bronce. Asimismo, consideró que existen buenos judokas en el estado, sin embargo, la falta de apoyo económico por parte de las autoridades, merma el avance de los mismos.

En ese sentido, su colega Dulce María Flores Mesa, entrenadora del equipo de iniciación, comentó que el judo en Michoacán siempre ha sido uno de los deportes fuerte, aunque hace un par de año por la pandemia y otros factores bajó el nivel del equipo, sin embargo, destacó que la entidad siempre ha dado un buen nivel nacional e internacional pues hace unos año, la selección nacional estaba integrada por el 60 por ciento de michoacanos.

Sobre la participación de las niñas en este deporte, coincidió con Ivonne y afirmó que siempre han sido menos, y que ahora es muy similar por diversas razones, entre ellas, el miedo que tienen los padres ya que se trata de un deporte muy visual e impresionante:

“Yo empecé en el judo desde los ocho año por casualidad, y he visto que algunos padres les da miedo que las niñas se puedan lastimar, pero queremos que se sientan seguras al hacerlo y qué mejor ejemplo que nosotras, hemos visto a niñas muy valientes”.

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Ambas entrenadoras afirman que el judo es un estilo o forma de vida. Vuelven al tatami para dirigir a la veintena de niños, a los 14 varones y cuatro niñas, que pese a ser minoría resisten, se defienden y se divierten.