Morelia, Mich (OEM-INFOMEX).- Incertidumbre, desconcentración y estrés es parte de lo que le ha tocado vivir este año a la ciclista michoacana, Fátima Híjar Marín, tras el conflicto entre la Federación Mexicana de Ciclismo y la Unión Internacional Ciclista (UCI).
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En entrevista la múltiple campeona nacional y panamericana compartió que dicha situación volvió caótico el 2022 en cuanto a la logística de los eventos, pues al no tener una representación legítima en la federación, los atletas se vieron obligados a buscar directamente a la UCI para saber cuáles competencias podían correr.
"Se supone que la Comisión Nacional del Deporte (Conade) era la que se iba a encargar, pero hubo molestias cuando la UCI no reconoció al nuevo presidente de la federación, entonces todo esto derivó en riesgos de que no se pudiera participar en los Mundiales".
Y es que se debe recordar que la UCI acusó a la federación de irregularidades graves en el proceso de elección del nuevo dirigente, por lo que procedió a aplicar sanciones.
En el caso específico de Híjar Marín, la originaria de Zitácuaro refirió que viajó a dos Copas del Mundo de ciclismo de montaña que se llevaron a cabo en Estados Unidos y Canadá, pero lo hizo sin tener la certeza de que le iban a permitir inscribirse y competir.
Abundó que logró concretar su registro dos días antes de la carrera, cuando la realidad es que es un proceso que debe de estar listo semanas antes, pero al no contar con el respaldo de la Conade, se vieron afectados en esta parte.
Incluso, expuso que fue gracias a la intervención de la marca de bicicletas que la patrocina, la cual es de origen española, como ella pudo correr en el extranjero.
Añadió que la incertidumbre no ha terminado, pues pese a que ya se tiene designado a Luis Gerardo Langarica cómo presidente de la federación, para lo que será el 2023 no existe claridad sobre el calendario y las plazas que se otorgarán para Juegos Centroamericanos y Panamericanos.