Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La de Alejandro Orozco Torres es una historia de medio segundo dentro del atletismo. Es el tiempo que lo separó de poder ganar su derecho a participar en campeonatos internacionales e inclusive buscar Juegos Olímpicos.
Paradójicamente, ese lapso tan diminuto, también puede ser traducido en la beca que dejó de percibir desde el 2017 por parte del Gobierno del Estado y que desembocó en su retiro obligado de las pistas y de la prueba de 400 metros con vallas, donde rompió récord al dejar una marca de 50 segundos.
Con 27 años de edad, el originario del municipio de Apatzingán se olvidó de los 14 años de carrera deportiva y decidió emigrar al estado de Jalisco, donde actualmente trabaja para una franquicia de pizzas.
De redes sociales no quiere saber nada, pues además de calificarlas como una distracción para su vida personal, asegura que le pegan en el estado de ánimo, ya que las tenía atiborradas de atletismo y todos sus derivados.
"Yo me fui a Morelia con la idea de superarme y tener mejores oportunidades, de crecer en el alto rendimiento; comencé a entrenar con Joel Martínez, pero desafortunadamente desde el 2017 ya no hemos recibido un apoyo útil para los objetivos que se buscaban".
Los 4 mil pesos que recibía de manera mensual a través de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (CECUFID) se esfumaron y con ello las deudas se fueron incrementando, siempre guardando la esperanza de que aparecería la beca para ponerse al corriente.
Además de solventar la renta y los gastos de servicio, como atleta de alto rendimiento tenía que pensar en una correcta nutrición, suplementos, ropa deportiva, viajes para competencias y hoteles en los cuales poder descansar.
"Duele porque yo tenía el nivel para alcanzar cosas importantes e históricas, pero desafortunadamente no comemos aire, no hacemos fotosíntesis, no nos recuperamos por obra del espíritu santo y tampoco la gente me regala la renta ni los servicios; se vuelve complicado que tu cuerpo rinda cuando se tienen carencias".
Reflexiona y le resulta curioso que el deporte lejos de traerle beneficios, comenzó a desgastarlo y a complicarle la vida. El día que le anunció a su entrenador que optaría por el retiro, compartieron un momento de desolación y una especie de solidaridad deportiva.
"Las autoridades no entienden que el alto rendimiento te exige al máximo, que yo entrenaba cinco horas al día y aunque traté de combinarlo con estudios y trabajo, me resultó imposible".
Como bicampeón nacional en Primera Fuerza, multimedallista y en su momento pre-seleccionado nacional, Alejandro Orozco Torres sigue entrenando por su cuenta, lejos de reflectores y delegaciones que viajan a cuentagotas para competir en otros estados.
Antes de ir a trabajar, acude a la pista para entrenar por las mañanas. Ahora mismo está experimentando en la prueba de triple y a decir del especialista que lo ha observado, tiene las cualidades para tomárselo más en serio.
¿Ahora mismo qué sientes por Michoacán?, se le pregunta y no duda en responder que frustración y desesperación por todo "el atole con el dedo que me dieron". Alejandro la tiene clara: si volviera a competir de manera profesional, lo haría con la camiseta de otro estado.