Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hace unos días, la judoca michoacana, Daniela Rodríguez Gutiérrez, tomó la decisión de retirarse. Lo hace con 21 años de edad, en su etapa más madura como deportista y mostrando un alto nivel competitivo que la llevó a ser bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
La insólita noticia se debió, entre otras cosas, por la falta de apoyo que sufre el atleta de alto rendimiento en el estado y el país. “Por los entrenamientos y competencias ya perdí un año escolar, quiero ser ingeniera mecánica” explicó Daniela Rodríguez, como aceptando la realidad de que el deporte no le significaría un sustento económico para el futuro.
Para el marchista olímpico, Isaac Palma Olivares, el caso de Daniela sólo es uno de muchos tantos. Explica que la profesionalización del deporte es un tema pendiente en México, lo que hace entendible que los deportistas opten por el retiro en cuanto llegan a la vida universitaria, ya que en ese ámbito, argumenta que por lo menos tienen más probabilidades de dar con un empleo formal.
“Por lo general el deporte es algo que se apoya solamente cuando ya estás arriba, eso se tiene que cambiar. Los estímulos te los dan en ese momento, pero las autoridades se vuelven muy exigentes en cuanto a resultados se refiere; el problema es que puedes llegar a la élite, ganar muy bien y mantenerte muchos años, pero también existe la posibilidad de que lo logres sólo un año o dos y después volver a no tener un salario”.
En este sentido, el originario de Zitácuaro, Michoacán, ejemplificó lo que sucede en países europeos, donde la profesionalización deportiva ya alcanzó niveles altos y las autoridades ofrecen a los deportistas un seguro de retiro, los van preparando a través de fundaciones, quienes además de un financiamiento, los respaldan con asesoría educativa y psicológica.
Cuando a Isaac Palma se le pregunta si ha estado tentado a retirarse, se ríe y confiesa que no han sido pocas ocasiones en las que se planteó seriamente tirar la toalla.
Y es que dice que el esfuerzo que hacen no es visto por las autoridades y la sociedad como un trabajo formal, pese a que también cumplen con una prestación de un servicio.
“Muchos de nosotros nos dedicamos 24/7 al deporte. En el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR) le promediamos un diario de 6 a 7 horas entrenando, pero además sigue un proceso de recuperación, atención psicológica, nosotros no podemos darnos el lujo de comer mal y descuidarnos, es un trabajo entero, no llegas a tu casa y te olvidas del deporte”.
El michoacano que asistió a Londres 2012, reconoce que tuvo la fortuna de estudiar en una universidad que lo respaldó al 100 por ciento en el ámbito deportivo, lo que le permitió combinar los entrenamientos con los libros.
Sin embargo, estando en México, califica como un error el que solamente se dedica al deporte, ya que los apoyos en primera línea o en el alto rendimiento, muchas veces llegan por la vía familiar, ya sea con la compra de ropa deportiva, tenis o hasta solventando los viajes para poder asistir a competencias.
“En otras ocasiones, los deportistas deben estar trabajando para ayudar a su familia, hay muchos aspectos por lo que el alto rendimiento no está bien remunerado y no es posible que un deportista siendo campeón nacional, panamericano o centroamericano perciba un sueldo tan bajo porque no lo consideran como un empleo”.
Tras haber asistido a los Juegos Olímpicos, Isaac Palma por fin se ganó el respeto de las autoridades. Fue hasta ese momento que su trayectoria comenzó a ser valorada y tomada en cuenta. El atleta cuestiona el sistema de apoyo que se tiene en el país, pero sobre todo, considera inaceptable que sean los esfuerzos individuales los que lleven al máximo rendimiento y no una planificación deportiva.
Ley Federal del Trabajo, obsoleta para los deportistas
El pasado 1 de mayo, se cumplieron 50 años de que entró en vigor la actual Ley Federal del Trabajo y a decir del presidente de la Federación Mexicana de Derecho Deportivo, Adrián Camargo, se trata de una legislación que ya resulta obsoleta para los deportistas.
En medio siglo, refiere que no se le ha hecho ninguna actualización al capítulo décimo, donde se aborda del artículo 292 al 303 el tema de los deportistas profesionales.
En ese entonces, eran considerados en este rubro los jugadores de futbol, béisbol, frontón, boxeo, luchadores y otros semejantes
De entrada, abunda que las relaciones de trabajo han cambiado sustancialmente en el país, por lo que en la actualidad ya se tienen más disciplinas deportivas que caben en el ámbito profesional como es el baloncesto, el futbol americano, ciclismo, atletismo, artes marciales, entre otros.
“Es un capítulo frío y cuadrado que no tiene una evolución, si se actualizara, pudiéramos resolver varias lagunas que tiene la materia laboral en el deporte como es el tema de las transferencias, de las primas, los dobles contratos y problemas que se vienen presentando en los últimos años”.
El especialista en legislación deportiva expone que los deportistas de alto rendimiento cumplen a cabalidad con los tres elementos que establece la Ley Federal del Trabajo: dan una prestación de servicio de carácter personal, existe una subordinación a las indicaciones que le da el entrenador, el directivo o el federativo, y finalmente reciben una remuneración económica por el tiempo que están prestando.
No obstante, pese a las claras relaciones laborales que mantienen los atletas con los gobiernos estatales o federal, Adrián Camargo señala que el concepto de “becas deportivas” ha servido a las autoridades para evadir su responsabilidad como parte patronal.
Son muy listos, el legislador habla en término de beca deportiva para darle un sentido distinto, como si se tratara de un favor que le están haciendo al atleta sin mayor compromiso, mientras que los deportistas en ese miedo de no querer perder ese apoyo que reciben, aceptan el mal trato de las autoridades
Aunque la Federación Mexicana de Derecho Deportivo ha presentado una agenda legislativa donde se incluye la actualización del deporte en material laboral, Adrián Camargo acusa que no hay interés de los diputados por abordar este tema y prevé que en el corto plazo no se someta siquiera a un análisis o estudio.
Una utopía
Con 28 años como entrenador de la disciplina de Tae Kwon Do, Hugo Hernández se muestra pesimista ante la idea de que en Michoacán se pueda vivir del deporte. Aunque realizan prácticamente un trabajo de tiempo completo, señala que históricamente el estado nunca ha mostrado un interés real por solventarles un salario.
“Si tú te metes a las estadísticas de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (CECUFID), no vas encontrar un solo pago en la nómina a un entrenador, no existe. Lo ideal sería que el coach pudiera dedicarse de lleno, entrenar, planificar y preparar la vida deportiva de los atletas”.
Hablar de deporte para Hugo Hernández es entenderlo como una inversión para el futuro, contribuir en la salud de los ciudadanos para que en 20 años no padezcan enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
“La realidad es que no hay una cultura deportiva, siempre hemos tratado de educar a los papás para que vean el deporte como una herramienta para evitar problemas importantes de salud, adicciones y que los jóvenes puedan emplear su energía a cosas positivas”.
El entrenador michoacano formó parte del programa de Talentos Deportivos de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) por 14 años. Durante ese tiempo, recibía un apoyo económico mensual por su labor, pero los pagos solían retrasarse hasta 8 meses.
Los estímulos en talentos y reserva nacional iban de 7 mil a 11 mil pesos, pero explica que se convertía en una especie de “tanda” porque era un dinero que se iba acumulando y nunca se tenía la certeza de cuándo se les iba a entregar.
Hugo Hernández decidió abandonar el programa. Más allá de cuestiones económicas, comparte que no se encontraba satisfecho con la manera en que la Conade pretendía llevar los proyectos deportivos.
“En su momento sirvió mucho de capacitación y actualización, pero ya después se desvirtuó porque solo les interesaba lo que era la Olimpiada Nacional, no importaban otras competencias y eso fue generando vicios como las cargas inadecuadas de trabajo para los atletas, el robo de deportistas para llevarlos a tu estado y poder entregar resultados, entre otros detalles”.
Sobre las becas que adeuda el Gobierno del Estado a aproximadamente 300 deportistas desde el 2017, el entrenador asegura que ya perdió la cuenta de los meses y el monto. El contexto no es de su agrado, pero lo entiende. Sabe que las administraciones son mediáticas y el invertir en la salud de los michoacanos con resultados a 20 años no les deja una utilidad política. Dice que es más fácil entregar despensas y cobrar factura durante las elecciones.