Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Celina Hernández Argueta, moreliana con 31 años de edad, tuvo su primer acercamiento al boccia en el 2010 y un año después se certificó como árbitra nacional. Para el 2015 recibió la licencia internacional, con lo que este año cumplió el sueño de unos Juegos Paralímpicos, donde figuró como única juez mexicana de la disciplina.
¿Cómo viviste Tokio 2020?
"Desde pequeña siempre dije 'quiero ir a unos Juegos Olímpicos', que era lo que conocía en ese entonces. Cuando empecé a vincularme con el deporte adaptado, pues se estableció como los Juegos Paralímpicos. Fue un sueño, mucha espera e incertidumbre, el miedo de que los cancelaran. Previo a fue un proceso de mucho estrés porque fueron muchas medidas; Japón es una cultura de mucha organización, protocolos. Entonces fue un mes de manuales, pruebas y requisitos, pero cuando estuvimos allá es otro nivel: una competencia perfecta en cuanto a organización, logística y un escenario impresionante".
"Celi" describe como "una experiencia magnífica" su aporte al máximo evento del deporte adaptado, sin embargo, reconoce que hubo nerviosismo. "Me sentía como los chicos; dos años sin arbitrar y boccia es muy especifico en sus reglas, pero pasando ese nervio, fue gozar y disfrutar de cada momento".
Tomando en cuenta que deben ser casi perfectos, ¿cómo experimenta un árbitro este tipo de competencias?
"Para mí siempre ha sido un gran compromiso, una responsabilidad enorme que tenemos en nuestras manos de dirigir cada partido, aplicando el reglamento con justicia. El estar preparada es una obligación, sin importar lo que haya pasado en tu día. Cuando estás en la cancha, sabes que tienes que dar el máximo por los deportistas, por todo lo que implica estar ahí y es un privilegio".
La maestra, con nueve años de experiencia en Educación Especial ha tenido presencia en eventos nacionales como Paralimpiada, internacionales como abiertos regionales y mundiales, Parapanamericanos y Centroamericanos, en Colombia, Canadá, Brasil, Nicaragua y Argentina.
¿Qué pasó el día que te informaron que irías a Tokio?
"Lloré de la emoción; estaba algo triste porque aspiraba ir a los Juegos Parapanamericanos Lima (2019), no fui convocada y justo estaban iniciando, pero cuando me llegó el correo y leí el documento, tardé como un mes en asimilar. Lo compartí con mi familia y personas muy allegadas, pero todavía no lo creía, hasta que se empezaron a contactar conmigo fue que empezó a hacerse realidad este sueño, que es el más grande de mi vida".
Después de Tokio 2020, ¿qué sigue para ti?
"Se reinicia el ciclo paralímpico, será también uno anormal porque será de tres años, pero tengo un evento en diciembre que es un Campeonato Regional en Brasil; vamos a estar ahí y espero seguir haciendo un buen desempeño para que me sigan convocando. Aquí en México soy la única árbitro internacional, espero que en un futuro seamos más, tenemos árbitros de buen nivel, solo que a veces es un poco caro lograr la certificación".
La michoacana destaca que en el estado también hay varios jueces nacionales, pero lamenta el nulo apoyo que se da hacia todos los involucrados en el deporte adaptado.
No obstante, se muestra satisfecha por su labor, además de ser presidenta de la Asociación Michoacana para Deportistas con Parálisis Cerebral, donde tiene la oportunidad de trabajar con otras disciplinas y con quien se prepara ante los Paranacionales Conade 2021 que se desarrollarán este mes en Quintana Roo.