Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Uno de los obstáculos más grandes del deporte de contacto en esta pandemia reside en la definición del mismo; el distanciamiento entre personas. Distintas disciplinas que requieren para su aprendizaje y práctica el contacto humano han modificado sus formas de entrenamiento y se reinventaron para encajar en la Nueva Normalidad.
Edgar Pérez Luna es el fundador, dueño y entrenador del Monster Team, gimnasio especializado en la enseñanza de las Artes Marciales Mixtas (MMA, por sus siglas en inglés). En entrevista con El Sol de Morelia, el también conocido como “Monstruo Luna” y quien fuera peleador profesional de distintas artes marciales, cuenta la manera que esta transformación se dio en su lugar de trabajo.
Asegura que fue necesario repensar las formas de entrenar, no solo por la implementación de los protocolos sanitarios dictados por las autoridades, sino por la imposibilidad de realizar prácticas que requieran una cercanía riesgosa entre sus estudiantes, pues el MMA se encuentra formado por disciplinas tanto de golpeo como de sometimiento.
“Hemos tenido que reinventarnos a la hora de entrenar, en lo que refiere al boxeo y kick boxing no hemos tenido muchos problemas, puesto que se puede trabajar de manera individual y separados unos de los otros, pero a la hora de enseñar jiujitsu brasileño, judo o lucha olímpica, se requiere trabajar en parejas, por lo que decidimos cortar en un 75 por ciento la enseñanza de estos deportes”.
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Afirma que a pesar de verse afectado económicamente por la pandemia, al menos una cuarta parte de sus estudiantes lo apoyaron pagando la mensualidad, aunque no se ofreciera el entrenamiento: “De manera personal, un 25 por ciento de nuestros socios fueron solidarios con la situación, nos apoyaron con sus colegiaturas aun y cuando no podíamos ofrecer el servicio; sin embargo, fue un golpe duro, por no estar prevenidos en una situación de este tipo”.
Por otra parte, aseguró que el aforo de sus estudiantes bajó alrededor de un 60 por ciento, teniendo clases con una asistencia de solo dos o tres personas por la mañana y alrededor de 15 estudiantes por lección en el turno vespertino.
Por el momento, asegura que no temen que las autoridades vuelvan a cerrar los negocios de giro no esencial, pero de hacerlo, no tendrán otra opción más que volver a suspender actividades.
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