Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Al minuto 74 frente a Alacranes de Durango, en juego correspondiente a la jornada 2, Alonso Flores hizo historia y quizá en ese momento no era consciente. Tras el contrarremate con el que mandó el balón a las redes, corrió sin saber cómo festejar, por lo que simplemente se dejó abrazar por sus compañeros. El futbolista se convirtió en el primer michoacano en marcar un gol con la camiseta del nuevo Atlético Morelia.

El moreliano le ha llenado el ojo al director técnico Gabriel Pereyra y ahora forma parte de sus primeras opciones a la ofensiva, incluso ganándole la partida al venezolano Junior Paredes, quien terminó por pedir su salida de la institución rojiamarilla para regresar a su país.

Con un semblante tranquilo y prudente, Alonso Flores se toma las cosas con calma y ante medios de comunicación expresa su alegría por estar representando al estado dentro del club de Liga de Expansión, pero también sabe que apenas se trata del comienzo.

“Es una alegría inmensa, desde chicos la mayoría es lo que queremos lograr, sin embargo, no hay que perder los pies de la tierra, debo seguir trabajando, buscar ganarme la confianza de la directiva y del entrenador”.

Ahora, asegura que se encuentra disfrutando del proceso que le está tocando vivir, mientras a la par se enfoca en generar confianza para sí mismo, esto con el objetivo de hacerse de un lugar definitivo en el once titular del plantel.

El inicio

No obstante, para conocer la historia futbolística de Alonso Flores, hay que situarse en el municipio de Uruapan, donde el director técnico de los Aguacateros de la Serie “A” de la Liga Premier, José Muñoz, lo descubrió en un torneo meramente amateur.

Entrevistado por el Sol de Morelia, relata que su auxiliar Edgar Tolentino le habló de un chico que jugaba bien al futbol, por lo que decidió asistir a la cancha llanera a observarlo y lo primero que le llamó la atención fue el aspecto físico.

“En ese tiempo nosotros estábamos jugando en la Serie “B”, entonces por la edad, Alonso Flores no podía estar con nosotros, pero al ascender a la siguiente categoría, en el primero que pensamos fue en él, conseguimos su número telefónico y lo invitamos a que fuera a hacer visorías y desde el primer interescuadras, identificamos una capacidad física impresionante”.

Pero a comparación de los jugadores que se encuentran en esa categoría, el moreliano había llegado a Aguacateros sin tener un proceso de formación, por lo que José Muñoz reconoce que tácticamente era desordenado, algo que era consecuencia de nunca haber estado en Fuerzas Básicas.

Incluso, comparte que había momentos en que tenían que detener los entrenamientos para enseñarle conceptos básicos del futbol que se aprenden a los once años, desde el cómo jugar de espaldas, aprender a botarse, hacer coberturas, el retener un balón e identificar cuál era su zona de juego.

“Pero él tenía mucha disposición, ganas de sobresalir y solo le bastaron seis meses con nosotros para que el Atlético Morelia lo tuviera en cuenta y a mí me queda la satisfacción de verlo contento, el estar realizando el sueño que en algún momento todos tuvimos”.

Antes de pensar en el profesionalismo, Alonso Flores se dedicaba a la “talacha”, término coloquial que en el futbol amateur significa que te pagan para jugar partidos en distintos equipos, de tal manera que era un trotamundos del estado que recorría canchas en Tingambato, Ciudad Hidalgo, Lázaro Cárdenas, entre otras localidades.

Para José Muñoz, la determinación, disciplina y el sacrificio del jugador deben servir de ejemplo para los juveniles que vienen atrás, puesto que la enseñanza del michoacano es hacer notar que el futbol es incierto y que no necesariamente el mejor en la cancha es el que llega, sino el que tiene la constancia y el coraje para hacerlo.

Así como gozaba de patear la pelota en las canchas de los barrios, Alonso Flores afirma que no le genera presión tener el mote del primer michoacano en marcar un gol con el Atlético Morelia, y aunque su primer objetivo es hacer bien las cosas con la playera rojiamarilla, no niega que en su mente ronda el dar un salto a la primera división.