Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Walter Esaú: un nombre que encierra la esencia de un músico y su pasión por el arte sonoro. Un nombre que resuena en la colonia Industrial y representa la ciudad de Morelia en los escenarios de México, esperando pronto rebasar la frontera nacional.
Tras presentarse como Negro por cinco años, del 2016 al 2021, y acumular más de 10 en la música, Walter no solo cambió la forma en la que es nombrado, pues su próximo disco también representará otra evolución en su carrera artística.
Desde su hogar en la Colonia Industrial, relata en exclusiva cómo es la transición entre ser independiente y pertenecer a una disquera y la forma en la que Morelia se acomoda en el horizonte artístico nacional. Para comenzar, reconoce la suerte con la cual cuenta y que le permite dedicarse a lo que le apasiona. Sin embargo, no deja atrás todo el esfuerzo y sacrificios que hizo, incluso cuando aún no tenía el reconocimiento con el que hoy cuenta ni con los recursos económicos suficientes para continuar en la música.
“Al principio del proyecto le tienes que perder el miedo a quedarte pobre, a que no te vaya chido. Mucha gente cuenta con talento y la intención de dedicarse a la música, pero no les gusta sentirse incómodos o no tener cosas y es necesario vencer ese temor para avanzar en esto”, expresa.
Después de este camino sinuoso y los múltiples esfuerzos, Walter obtuvo la oportunidad de grabar su primera producción con Universal Music, quien, acepta, “es el disco que siempre quise hacer desde adolescente”, el cual será diferente a sus primeras obras y tendrá su sello individual.
El músico de 32 años acepta que esta metamorfosis no es sencilla, pues al ser este su proyecto personal, es el encargado de dar la última palabra en la creación de sus obras y puede convertirse en su propio enemigo con las decisiones que escoge, por lo que busca ser honesto con sus sentimientos para plasmarlos en sus canciones.
Además de que en este disco tuvo la intervención de más personas, señala que esta nueva producción musical busca representar al Walter contemporáneo y que no solo sea una copia de lo que le agrada a su público para no perder fanáticos y dejar de ser sincero con él.
“Desde que era fan de bandas, nunca me ha gustado que se queden con el mismo sonido. Siempre he respetado a las que cambian para bien y que saben madurar, en este disco quería hacer lo mismo. Antes tomé las pirekuas porque me reencontré con ellas, pero ya no están ahí, no es algo que escuche, ahora trabajo en lo que voy viendo, en lo que oigo día a día”, expresó.
Aunque tomó el riesgo de cambiar su nombre y estilo musical, afirma que sus fanáticos crecen con él, por lo que se siente seguro de que recibirán este nuevo disco de una buena manera, sin rechazarlo por no tener tanta similitud con lo anterior.
“No sé si esto vaya a ser un acierto comercial, pero sí es uno a nivel creativo, me sentiría muy triste seguir trabajando en lo mismo solo por dar gusto al público; sé que mi gente crece conmigo y disfrutará de lo que hicimos en este proyecto”, menciona.
Walter reconoce la importancia de las redes sociales y las cifras de las plataformas digitales, pero reitera que lo que vale para él es lograr plasmar lo que siente y conectar con los que los escuchan, sin poner atención a quién sea el oyente o cuántas visitas y reproducciones generen sus canciones.
El también aficionado a los Canarios del Atlético Morelia comenta lo importante que es su barrio al momento de crear, pues los colores, sonidos y experiencias acumuladas en la Colonia Industrial son parte fundamental de la originalidad de sus composiciones. Afirma que su contexto lo ayuda a no intentar parecerse a otro músico llenándolo con materia prima única que explota en sus canciones, lo que lo hace distinto de los artistas de las grandes ciudades referentes como CDMX, Monterrey y Guadalajara. "No me imagino viviendo en otra ciudad, ni siquiera en otra colonia", confiesa.