Morelia, Michoacán.- El juego de la pelota purépecha o conocido en su idioma original Uárukua Ch'anakua conmemora el nacimiento del sol y el equilibrio del universo.
Esta actividad física, más que deporte, era utilizada como preparación para los guerreros y entretener a la audiencia. La pelota, que se llama uarhukua, está hecha con tiras de algodón y es atada con un mecate que usualmente se prende en fuego para simular el sol.
Este juego autóctono se realiza en canchas de 120 metros de largo y ocho de ancho. Se enfrentan dos equipos con seis jugadores cada uno y usan bastones de madera similar a los de hockey.
El partido inicia con dos jugadores de cada equipo que golpean tres veces los sus bastones para lanzar la pelota. El juego es similar al futbol: los equipos deben llevar la pelota hasta la meta contraria y conseguir una anotación, conocidas como jatsíraku en purépecha.
Los jugadores no deben agredir física ni verbalmente a los contrincantes, levantar la bastón más arriba de la cintura (a menos que la pelota esté en el aire), ni tocar la pelota con las manos o pies. Para hacer cumplir estas reglas, en los encuentros hay árbitros que supervisan el juego y pueden sancionar a quienes infrinjan las reglas.
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Aunque el juego es originario de Michoacán, se practica en todo el país e incluso es reconocido en las Olimpiadas Nacionales.
Para conservar este juego autóctono, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) organizó el primer torneo de Uárukua Ch'anakua el año pasado. En esta primera edición, participaron clubes que forman parte de la Asociación Michoacana de Juegos y Deportes Autóctonos, como es el caso de Zacapu, Tiríndaro, Comanja, Caltzontzin, Uruapan, Zacán y los Búhos del Bosque de Morelia.