Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Coloridas, originales, llenas de alegría, tradiciones e incluso con rostros conocidos en el ámbito artístico, así son las mojigangas, figuras humanas que se mueven al ritmo de distintas danzas que tuvieron su origen en una farsa representada con máscaras y disfraces típicos en las fiestas públicas de raíz carnavalesca.
Estas festividades consistían en un texto muy breve de carácter cómico-burlesco y musical, que con el tiempo fue adquiriendo un rango de género dramático menor del Siglo de Oro español. En los corrales de comedia, las mojigangas eran en sí un desfile de actores que bailaban disfrazados al son de una música estrepitosa, de esta forma se ponía fin al espectáculo.
En Michoacán esta tradición vive en Cuitzeo, donde sus pobladores han transmitido esta actividad cultural de generación en generación, pues incluso se han implementado talleres para que los más pequeños puedan elaborarlas y mantener esta herencia artística/familiar.
En entrevista con El Sol de Morelia, Jesús Alcántar Jacobo y Pedro Ibarra Vargas, habitantes de Cuitzeo y creadores de mojingangas desde hace más de una década, platicaron para nuestros lectores sobre esta actividad, diseño y tradición que han aprendido y ahora se encuentran mostrando a los más pequeños, mientras trabajan en la proyección estatal y nacional de las mojigangas que se realizan en su municipio.
Su llegada a Cuitzeo
Las mojigangas llegaron al Pueblo Mágico de Cuitzeo hace aproximadamente 150 años, comentó Jesús Alcántar Jacobo.
“Sabemos que hace 150 años se comenzaron a elaborar en este municipio michoacano, y así se ha ido heredando desde nuestro abuelos que nos han forjado este amor como algo tradicional del pueblo, también ahí están inmiscuidos nuestros padres, y ahora nos toca a nosotros transmitirlo”.
A lo anterior agregó: “Yo como padre le estoy inculcando el amor a las mojigangas a mi hijo, aunque los más pequeños ya tienen otras ideas en cuanto a la creatividad, pero a nosotros nos compete apoyarlos para que no se pierda esta bonita tradición”.
Respecto a si se sabe quién fue la primera persona en elaborar una mojiganga en este municipio, Alcántar Jacobo señaló que no existe un documento o vestigio de algún nombre, pues se han manejado varios.
“Desconocemos el nombre porque no hemos encontrado uno solo en un archivo, son varios, pero lo seguimos buscando”.
Estas creaciones que llevan 150 años diseñando, tienen una altura de los 80 centímetros hasta los 4 metros.
“Tenemos diseños muy antiguos albergados en el ex Convento de Santa María Magdalena, y en ellos podemos ver que aún tienen materiales de palo, mezquite y de pino, pero esos ya no se usan porque son muy pesados. Ahora se convirtieron en un valor histórico en el pueblo, ellas son expuestas de manera anual en el mes de febrero para que los visitantes las vean”.
Tradición de barrios
La Fiesta del Convite es el motivo por el que salen a las calles las mojigangas, logrando unir a los barrios de Cuitzeo, “cada barrio o colonia llega a elaborar de 8 a 10 figuras que llevan diseñándolas entre uno a dos meses”, comentó Jesús Alcántar Jacobo.
Además del tiempo, el dinero destinado a estas creaciones no se recupera, es decir, los cerca de 30 mil pesos invertidos son por gusto de mantener viva la tradición y lograr mostrar a los pobladores quién tuvo el mejor diseño del año.
“Con ese dinero mostramos creaciones de calidad pues ahora tienen más elementos que cuestan”.
El entrevistado recordó que llegan a haber hasta 20 grupos conformados por 30 artesanos los que crean estas mojigangas.
Pedro Ibarra Vargas dijo que su diseño más reciente que es en homenaje a la Danza de los Viejitos, le invirtió más de 10 mil pesos, “esto ya no lo recupero, porque lo hacemos más por gusto”.
Transmisión de saberes
Para preservar esta tradición, los habitantes de Cuitzeo han implementado diversos talleres para que los más pequeños puedan ir encontrando el amor a esta arte.
“Existen talleres, el último lo hicimos el año pasado y son organizados por el Ayuntamiento. Para esto hay maestros que enseñan y encaminan, a nosotros ya no nos interesa tanto el tema del dinero sino la alegría y unión que esto genera”, aceptó Alcántar Jacobo.
Entre los diseños que se han hecho están dioses aztecas, tigres, famosos como Frida Kahlo, y danzas michoacanas como la de los Viejitos.
“Las mojingangas han salido de Cuitzeo y han ganado diversos concursos colocándose entre los primeros tres lugares, se han ido a Morelia, CDMX, Oaxaca y otros municipios”, explicó Jesús Alcántar Jacobo.
Mientras que Pedro Ibarra Vargas de 33 años, comentó, él comenzó en el mundo de las mojingangas por sus familiares.
“Llevo aproximadamente 15 años elaborándolas, este interés de mi parte nació al ver a mis abuelos, tíos, padres y hermanos, yo soy el tercer hijo. Lo que más me llamó la atención es la elaboración y cómo plasmar la expresión que quieres mostrar al pueblo en la imagen, aquí saca uno lo que trae en mente”.
Atracción de turismo nacional e internacional
Esta tradición además de conocerse y atraer turismo nacional, también ha logrado llamar la atención de los extranjeros que acuden al Pueblo Mágico michoacano para ver de manera presencial, todo lo que se hace en el ámbito cultural.
“Hemos visto y atendido a canadienses, estadounidenses, además de los paisanos de Monterrey, Toluca, Guadalajara, Querétaro, León, Colima y Oaxaca, entre muchas más ciudades”, informó Jesús Alcántar Jacobo.
Para mantenerlo como un atractivo turístico, además de la herencia entre la población, se materializan los talleres para las nuevas generaciones, los cuales duran aproximadamente cuatro semanas, donde el ingenio de niñas y niños da resultado.
-¿De qué está hecha una mojiganga?
-Con diseños que son atractivos desde el primer instante para la vista del público, estas creaciones están hechas con materiales más ligeros para poder ser cargadas por las personas.
-“¿Qué tipo de material tienen?
-Debe tener carrizo, cartón, papel reciclado, hilo, pintura, costal para los brazos, guantes de electricistas, arena, trapos, un material liviano que ayudará a generar un buen movimiento”, externó Jesús Alcántar Jacobo.
Mientras que Pedro Ibarra Vargas quien lleva más de una década elaborándolas, comentó: “Tradicionalmente ellas se hacen de cartón, carrizo, hilo, harina con la que se produce el engrudo que funge como pegamento para unir las partes, ya pasando eso, se debe dejar reposar para que se seque y todo quede liso, posteriormente comenzamos a detallar con la pintura”.
Ibarra Vargas agregó: “Recientemente hice un diseño de la Danza de los Viejitos y la comencé con el armazón que es el carrizo, después se pega el cartón, trabajamos el hilo para amarrar, dejamos secar uno o dos días donde no le dé mucho sol para que no se dañe el diseño. Esta mojiganga tiene un pedazo de tela, listones en el sombrero, pintura con detalles de la máscaras, ésta la hicimos cinco personas”.
Los entrevistados informaron, el tiempo de vida de una mojiganga es de 20 años, y los cuidados que se deben de tener con ellas es guardarlas en una bolsa de plástico, y quitarles el polvo con una brocha, además de mantenerlas a una temperatura ambiente dentro de una vitrina.
Finalmente lo más complicado de elaborar una mojiganga, acordaron Jesús Alcántar Jacobo y Pedro Ibarra Vargas, son los detalles, pues son los que más cuentan para no pasarse de pintura.
PARA SABER
Evolución histórica
Se ha propuesto que el término mojiganga tiene su origen en la boxiganga o en las compañías de bojiganga del teatro ambulante de los siglos XVI y XVII (una de las ocho que enumera Agustín de Rojas Villandrando en su libro “El viaje entretenido”).
Esta actividad con el tiempo y gracias a la popularidad de estas mascaradas grotescas, el género acabó invadiendo el espacio del entremés barroco. Así, la llamada mojiganga entremesada fue, a partir de mediados del siglo XVII, la pieza dramática breve por excelencia.
Entre los cultivadores y promotores del género, destacaron: Pedro Calderón de la Barca (La mojiganga de las visiones de la muerte), Juan Vélez (Mojiganga de las figuras), Simón Aguado (Mojiganga de las niñas de la Rollona), Vicente Suárez de Deza, Francisco Monteser, Alonso de Ayala y Manuel de León Marchante, por mencionar algunos.
NUMERALIA
*150 años elaborándose en Cuitzeo.
*20 años de vida tienen los diseños.
*10 mil a 50 mil pesos, el dinero invertido para crearlas.
