Morelia, Michoacán.- Pátzcuaro se encuentra de fiesta al cumplir 489 años de su fundación, y que hoy en día es uno de los pueblos mágicos más visitados por sus hermosas calles empedradas y empinadas, llenas de artesanías y un estilo barroco y neoclásico que le dan el toque a las amplias plazas y casas de abobe y teja.
Este hermoso municipio de origen indígena sigue presente entre sus calles y su gente, así como sus delicias comidas como el pescado blanco, un manjar más exquisito que oferta la región lacustre, así como las hermosas festividades del Día de Muertos, donde miles de visitantes vienen para vivir su experiencia.
Esta ciudad es privilegiada por su clima, ya que tiene muchos días templados a lo largo del año y es considerada como una de las localidades más importantes de Michoacán y cuenta con un lago que se nutre únicamente por las aguas de las lluvias y la filtración de las montañas.
Hasta hoy en día, Pátzcuaro fue convirtió en un Pueblo Mágico en 2002, y su nombre significa “la puerta del cielo”, además fue el principal centro religioso de esta civilización ya que se creía que ascendían y descendían los dioses.
En esta localidad se puede disfrutar de sus calles, comer tacos de charales con guacamole y pescado blanco, caminar por la plaza Vasco de Quiroga, comerla exquisita nieve de pasta y sobre todo admirar sus muchas tiendas de artesanías en la Casa de los Once Patios, que fue construida en 1742.
Este poblado que también es conocido como “Lugar donde tiñen de negro” o “Lugar de cimientos de templos”, fue fundada en 1362, y era el centro de emperadores purépechas.
Pátzcuaro se ubica dentro de la Cuenca y está asentado sobre un terreno accidentado dentro de una zona tórrida, con 19º de latitud norte, y tiene un clima templado y húmedo. además está en una zona sísmica y volcánica.
Los orígenes de este municipio se remonta en la época prehispánica, cuando los chichimecas llegaron a este lugar lacustre, y encontraron grupos sedentarios de origen náhuatl con los que mantuvieron contacto y con ello se formó una alianza y el rey Tariácuri organizó el señorío para surgir la ciudad sagrada y de descanso.
Aunque el primer asentamiento hispánico fue en Tzintzuntzan, ya que residía el Cazonci, hasta 1538, Don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, eligió a Pátzcuaro como sede de su obispado.
Hoy en día se puede ver algunos vestigios, en la huerta del actual Museo de Arte Popular, antiguo Colegio de San Nicolás, y en los vestigios localizados al este del templo de los Jesuitas.
Toda la región lacustre de Pátzcuaro se caracteriza por la gama de riquezas históricas y naturales que se ha convertido en un importante centro cultural al tener zonas arqueológicas y pueblos típicos ancestralmente artesanales.