Morelia, Mich; (OEM-Infomex). Siendo la capital del estado la cuna de uno de los más grandes festivales cinematográficos que se realizan en Latinoamérica, en Morelia es prácticamente inexistente la producción y dirección de largometrajes por falta de presupuesto para apoyar el arte cinematográfico.
En el año 2000 el cineasta moreliano Juan Pablo Arroyo fundó en la ciudad de la cantera rosa la primera escuela de cine “Solaris” que inició como cine club para después convertirse en una institución en la que se lograron producir alrededor de 100 películas y formar a grandes cineastas que hoy tienen reconocimiento en la industria cinematográfica nacional e internacional.
Así lo recuerda el cineasta Adrián González Camargo, quien fue alumno de la primera generación de la Escuela de Cine Solaris y quien participará en la 17 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia con el cortometraje “Una breve historia” en la selección en línea.
Durante una charla con El Sol de Morelia, el también académico compartió que la idea del proyecto que encabezó Juan Pablo Arroyo tenía como propósito inicial crear talleres aplicados a la producción de cine en Morelia, en tiempos que solo existía el centro de video indígena dependiente del entonces Instituto Nacional Indigenista hoy convertido en Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
En ese centro se realizaban cursos de producción audiovisual, es decir videos digitales, algo muy similar al cine porque en ese entonces era imposible técnica y presupuestariamente crear obras cinematográficas en la capital del estado
Sólo tardó un año para que el cine club se convirtiera en una institución donde cada módulo de formación de cineastas contaba con diez alumnos, siendo a partir del 2001 con el auge de los festivales de cine y la navegación en internet cuando se consolidó la producción cinematográfica en Michoacán.
“Antes solo se tenía la muestra de la Cineteca en Morelia, pero era poca la difusión que se hacía de sus actividades y la tecnología que se tenía para producir era muy cara y poco rentable para su traslado”.
En comparación con lo que ahora se tiene, la evolución de los instrumentos para producir arte cinematográfico facilitan la creación llámese documental, cortometraje, largometraje o animación.
En el país cada año se realizan 130 festivales de cine, los más grandes son los de Morelia, Guadalajara, Monterrey y ahora Los Cabos, el resto no son fijos, son esporádicos pero han marcado una gran diferencia para incrementar la cultura del cine nacional en la población
La cinematografía en el país repuntó y consideró un espejismo decir que “el 2018 superó a la Época de Oro del cine mexicano porque se realizaron 140 películas, pero más bien es la diversificación de los temas que se ofrecen a los espectadores los que han permitido que el cine se convierta en un producto que el público quiera consumir, opinó el cineasta.
En este proceso el Tratado de Libre Comercio también ayudó, porque las industrias culturales no se protegían y empezaron a surgir nuevos cineastas con nuevas historias por contar, comentó González Camargo.
Pese al avance y aceptación por el público, el cineasta reconoció que artísticamente hay un estancamiento por falta de presupuesto y apoyo para las nuevas propuestas sin reconocimiento internacional.
Sólo Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu han logrado dirigir obras con enfoque artístico por el reconocimiento y la trayectoria que han marcado en la industria de la cinematografía.
La inseguridad, la violencia y la guerra contra el narco en México han arrastrado este arte en Michoacán y en todo el país, aunado a la falta de oportunidades y de infraestructura consolidada en cada estado para la formación y producción de películas.
“En México, hacer una película con enfoque artístico cuesta entre 15 y 40 millones de pesos”, pero a pesar de las carencias y complicaciones sociales, culturales y económicas, el país ha logrado llevar una película por año a Canes, Berlín, Venecia, entre otros festivales y competencias.
En el contexto local, el cineasta agregó que Morelia sólo cuenta con arte digital pero no tiene escuelas formadoras con la infraestructura y equipo necesario para presentar obras en festivales internacionales. A pesar de que el IMICH lo ha intentado, “no produce”, lamentó.
“La Escuela de Cine Solaris desapareció posiblemente por la demanda de ingreso que era cada vez mayor después de que comenzó a visibilizarse el cine a través de estos festivales internacionales y de muestras nacionales en el país”, finalizó el cineasta radicado en la capital michoacana.
"En ese centro se realizaban cursos de producción audiovisual, es decir videos digitales, algo muy similar al cine porque en ese entonces era imposible técnica y presupuestariamente crear obras cinematográficas en la capital del estado"
Adrián González Camargo
Cineasta