Morelia, Michoacán.- (OEM-Infomex).- Son seis los integrantes del ensamble de percusiones bautizado como Metamorfosis, y no se trata necesariamente de la pesadilla de un hombre que se convierte en insecto, sino de un proyecto creado al interior del Conservatorio de las Rosas.
Brenda González, Carlos Nevarez, Roberto Rodríguez, Adrián González, Omar Rangel y Rodrigo Alvarado son quienes se presentaron en la Sala Niños Cantores para ofrecer un concierto navideño, sin villancicos, claro está.
En el recinto no hay ni la mitad de butacas ocupadas, pero a decir de una de las espectadoras, quien además es mamá de uno de los músicos, muchas veces estos conciertos son así, sin mucha gente y es una pena, porque no se difunde como debería la música de calidad, profiere.
Sobre el escenario se observan marimbas, platillos, gongs, claves, timbales, bombos, bongos, cajas, tumbas, tambores, maracas, panderetas y toda una odisea de instrumentos que pueden armonizarse de forma melódica, o bien, crear experimentaciones atonales igual de disfrutables.
Uno de los maestros más respetados en esta escuela es el cubano Roberto Vizcaíno, quien ha tocado con los artistas más encumbrados del orbe. En la noche que ahora contamos, de Vizcaíno se interpretan dos obras: Encuentro y Campana en clave. La primera requiere talentos de improvisación, y como si se tratara de una narrativa, llega el momento de subir a la cumbre y poco a poco nos lleva al final, que será apagado a fuego lento. La otra es todo ese sentimiento latino y caribeño, lo cual se nota desde el arranque y jamás se rinde.
También hay un momento para recordar a Carlos Chávez, el gran compositor y ejecutante que fundó la Orquesta Sinfónica de México en 1928. Su Tocatta para percusión requiere de los seis integrantes de Metamorfosis, quienes deben aplicarse para transmitir el mensaje de esta pieza llena de simbolismos, contradicciones, pasajes sombríos, misterios nocturnos y cánones rítmicos.
Del norteamericano Anthony J Cirone se interpreta el famoso 4/4 for four, obra para cuatro instrumentos, por lo que los timbales, el bongo, el bombo y el timpani explotan como para introducirnos a una película llena de momentos excitantes.
Todo concluye con el Concierto para marimba, timpani y cuatro percusiones, del japonés Takayoshi Yoshiaka, uno de los grandes virtuosos, uno de los rockstars marimbistas que ya ha visitado nuestro país. La pieza es un deleite sonoro con el que se despiden los integrantes del grupo con nombre kafkiano, quienes, suponemos, habrán de tomar unas merecidas vacaciones invernales para regresar con el renovado brío de año nuevo y seguir pegándole a un montón de percusiones.