Mario Molina, el Nobel que se adelantó al cambio climático

Pionero de las investigaciones que detonaron los debates sobre el calentamiento global

Josafat Pérez | El Sol de Morelia

  · viernes 9 de octubre de 2020

Foto: Cuartoscuro

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Pionero en las investigaciones sobre química atmosférica por las cuáles se hizo acreedor al Premio Nobel en 1995, el ingeniero Mario Molina Pasquel y Henríquez (1993-2020) también busco traducir sus aportaciones en políticas públicas.

En entrevista para El Sol de Morelia, Sandy Benítez García, doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Ehime, Japón, explicó que Molina recibió el Nobel de química, junto al holandés Paul Crutzen y al estadounidense F- Sherwood Rowland, por sus investigaciones sobre la formación y descomposición del ozono, dos décadas después de llegar a la Universidad de Berkeley para trabajar sobre los clorofluorocarbonos en su posdoctorado.

“Se da cuenta que los clorofluorocarbonos se mantienen en la atmósfera durante un largo periodo de tiempo e influyen en el rompimiento de la molécula de ozono”, dijo al explicar que, gracias a las investigaciones del Nobel mexicano, se sabe que el ozono nos protege de la radiación ultravioleta a nivel estratosférico, pero a nivel de calle es perjudicial.

Dichos trabajos, realizados durante la década de 1970, partieron del interés de Molina por estudiar estas sustancias utilizadas en procesos de refrigeración, cuyos efectos contaminantes al ser lanzados a la atmósfera, se desconocían.

La también maestra en Ingeniería Química por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo señaló que al ser echados al aire “los clorofluorocarbonos no se degradan fácilmente, pueden pasar cientos de años y permanecen en la atmósfera” y si se acumulan en la estratósfera se comienzan a generar agujeros. Razón por la que “su investigación toma gran relevancia porque estos compuestos pueden influir en el adelgazamiento de la capa de ozono”.

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Foto: Cuartoscuro

Él se da cuenta que la investigación de escritorio no sirve mucho cuando no se llega a traducir en una política pública o a involucrar a la sociedad”, señaló Benítez García al explicar que de forma paralela a las investigaciones de Molina, comienzan a darse concentraciones de contaminación en Los Ángeles, Londres y Ciudad de México, a partir de lo cual se ponen en el centro de la discusión los efectos de la contaminación en la salud y el medio ambiente.

Asimismo, advirtió que la relevancia que toma la discusión sobre el calentamiento global a partir de la década del 2000, tiene qué ver con que el ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, tuvo como asesor a Mario Molina, quien luego de recibir el galardón de la Academia sueca, buscó contribuir a la creación de políticas públicas.

“Cuando Molina llega al MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) invitó a muchos mexicanos a trabajar, quienes ahora son, de alguna manera, herederos de sus investigaciones y está orientados en aplicar sus aportes en problemas de México”, comentó.

Otra de las aportaciones que la científica entrevistada reseñó sobre Molina, fue que gracias a sus gestiones con el gobierno mexicano, más connacionales pudieron obtener la doble nacionalidad.

“Cuando ganó el Premio Nobel hubo una especie de conflicto de intereses porque lo nacionalizaron estadunidense para poder recibir el reconocimiento. A partir de esa situación, él pugnó para poder tener dos nacionalidades y así pudo recuperar legalmente su nacionalidad mexicana, abriendo esa posibilidad a los demás paisanos.