Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El vínculo entre el machismo de los espacios íntimos y de las manifestaciones en lugares públicos por parte del crimen organizado es el tema que explora el documental Comala, filme seleccionado en el 19 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
El nombre del documental hace referencia a la obra de Juan Rulfo, novela donde la búsqueda del padre es la columna vertebral de la narración, tema que también utilizó el realizador de Comala, Gian Cassini, para orientar el filme.
Gian Cassini recopiló fragmentos de la historia de su padre ausente, quien fue un sicario, asesinado en Tijuana. En medio de esa travesía, el cineasta descubre una red de hombres atrapados en patrones de machismo profundamente arraigados, con lo cual ofrece un panorama distinto de lo que ha generado la guerra contra las drogas en México.
En entrevista exclusiva, el realizador expresó que hubo varios motivos que lo llevaron a hacer este documental, entre estos “el reencuentro de mi familia en 2012 luego de varios años, al verlos de nuevo hubo mucho impacto en mí al identificar en ellos varios problemas raíz de la violencia”, exacerbada en la guerra contra el narco.
Algunos de estas problemáticas son la falta de fomento a la educación, la diferencia de género y el machismo. Identificó esos problemas en las historias de los integrantes de su familia y los relacionó con las causas que llevaron a su papá a enlistarse en el crimen. "Sentí que esto era urgente y necesario poner sobre la mesa a través de una pieza cinematográfica”. Para trabajar el tema, Gian Cassini recorrió Tijuana, Culiacán y Monterrey intercalándolas con San Antonio.
Gian Cassini se ha dedicado más a la ficción, pero consideró que, en este caso, resultaba mejor recurrir a su historia. Sin embargo, el tema de la ficción no dejó de estar presente, pues como relató el realizador “en ese momento estaba releyendo Pedro Páramo y me sorprendió mucho cómo podría encontrarme a mí y a los miembros de mi familia en cada uno de los personajes, eso fue algo muy potente; eso me inspiró a hacer el documental e influyó en su estructura”.
Con todos esos elementos, Comala aspira a crear conciencia en torno a fenómenos como la ausencia de los hombres en la crianza de los niños, “que va muy de la mano con la incubación de violencia. La película encaja en un tema que genera reflexión, para que el espectador, al ver la película, identifique las dinámicas normalizadas en su familia y dentro de sí plantearse cómo está en el presente”.
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El realizador contó que este documental le implicó nueve años de realización, pues el financiamiento surgió de él mismo, aunque “a mitad del camino empezamos a recibir apoyos de instituciones gubernamentales como el FONCA, también del IMCINE a través del ahora extinto fondo de FOPROCINE y también del FICM pues en 2018 participamos en Impulso Morelia, que ganamos y recibimos respaldo económico para la post producción”.
Luego de ese tiempo, el documental tuvo su premier en el Toronto International Film Festival, en Canadá, y recientemente también se presentó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) donde fue nominado en la categoría Premio Mezcal; ahora estará en el FICM y luego continuará en otros festivales, como el Doc NYC, de Nueva York, Estados Unidos.