Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Dimensionar las características de su propio hogar y dentro de ese escenario crear un relato de ficción, fue la meta que se propuso un grupo de mujeres en el taller literario del Centro Cultural UNAM. El resultado de dicho ejercicio se ha visto plasmado en la antología “Y nos quedamos en casa”, la cual se presentó este domingo como parte de la Fiesta del Libro y la Rosa que organiza esa casa de estudios en Morelia.
En entrevista, Antonio Monter Rodríguez detalló que los talleres que coordina tienen como cierre una sesión de lecturas, pero a esas se han sumado la producción de libros que se financian mediante dos vías: la apuesta de editoriales locales y las autopublicaciones. Esta última ruta se concretó por primera vez con el libro “Miércoles 10:30”, de Fátima Chávez Alcaraz (2020) mientras que para este año pudieron imprimirse “Presencias”, de Rosario Ortiz; “50 minicuentos psiquiátricos”, de Álvaro Castillo; “Una ramita seca y otros cuentos”, de Martha Landa, además de la ya citada antología que reúne a ocho autoras.
Monter celebra que editoriales como Silla Vacía y Morevallado inviertan en este tipo de apuestas, ya que son el primer incentivo para fomentar el deseo de seguir escribiendo. Pero más allá de las pretensiones mediáticas, el también profesor universitario señala que es importante que todos se puedan asumir como escritores, pues “luego le quieren dejar el título a los que supuestamente son los autores consagrados, y no es así porque la escritura es un derecho y la podemos ejercer todos”.
En su labor como tallerista, reconoce que se ha desprendido de sus “cúmulos de ego, de vanidad, de soberbia y de pretensiones; me ha puesto los pies en la tierra para comprender lo que significa escribir”.
Longevo en esa tarea, sabe que para llegar a una publicación se requiere mucha disciplina, e incluso de sacrificar horas productivas a costa de tener un libro individual o colectivo. “Es un proceso donde hay frustraciones o alegrías, lo que tratamos es de inculcarles la disciplina, hacerles entender que es una ruta larga. Tenemos ejemplos como Martha Landa, economista de profesión, que escribió su libro aún en contra de ella misma, como lo reconoció en su presentación”.