Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Pese a las cámaras o vigilancia, el robo a libros es una problemática que se experimenta en las librerías de Morelia y no necesariamente se debe a precios altos, porque los libreros han visto que los amantes de lo ajeno también se llevan ejemplares de 50 o 30 pesos.
Uno de los lugares donde se padece esta práctica es Educal, ubicada en la segunda entrada del Centro Cultural Clavijero (CCC). La directora de esta librería, Laura Patricia Félix Rocha, señaló que la sustracción de ejemplares se puede ver con número luego de hacer inventarios, pero en el día a día basta observar y detectar a quienes ejercen el robo.
“Tenemos protocolos de cuidado y sí hemos detectado personas que solamente vienen a ver si tienen oportunidad de llevarse un libro”. Las medidas con las que intentan evitar las pérdidas son la atención personalizada y el acomodo específico del material.
Mencionó que existe la idea de que al robarle a Educal, dañan al gobierno, “pero en realidad es a nuestro trabajo, porque de la venta a de donde a nosotros se nos paga; entonces el robo perjudica pero a los empleados, porque desde arriba sí se nos cuestiona si no hacemos nuestra labor”. En este punto se debe especificar que esa librería es parte del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Sin embargo, en el sector privado el robo es una práctica que también ocurre, como lo confirmó Maribel Soto, responsable de la sucursal Allende de la librería Hidalgo. “Hemos sorprendido a varias personas robando, a unas en el momento y a otras por las cámaras; también cuando las secciones están desacomodadas nos damos cuenta”.
Señaló que los robos tienden a focalizarse en el área de novedades y juvenil, aunque no se puede decir lo mismo en cuanto a quienes roban libros, pues afirmó que “sí hemos encontrado a personas adultas, señoras y señores, de todas la edades, a veces vienen en grupo, los meten en bolsas grandes o en carriolas”.
En el caso de la policía, Maribel Soto mencionó que los elementos sí hacen rondines, pero nunca han coincido que estén cerca cuando se efectúa un robo. No obstante, contó que al increpar a las personas que sorprenden in fraganti “lo que hacen es dar el libro y se salen rapidísimo; de los que sabemos traen un libro encima, se enojan y no quieren ser revisados, pero al hacerles saber que están grabados, lo que hacen es sacarlo de donde lo traigan y casi aventárnoslo".
La librera comentó que hay libros muy caros que intentan robar, pero que la gente también busca llevarse ejemplares baratos, “hay quienes hemos cachado que hasta de oferta se llevan libros, de 50 pesos por ejemplo; entonces sí se llevan cosas caras pero también toman cosas al azar”.
Es probable que este robo sea para revender, pues de acuerdo a la directora de El Traspatio librería, Mara Rahab Bautista López, colegas suyos de la Ciudad de México han detectado esa práctica tanto en el espacio virtual como en mercados de la capital del país.
“El robo es una situación muy común, lamentablemente, me he enterado de colegas de la Ciudad de México que se han puesto de acuerdo para tomar acciones más serias porque hay un grupo de personas que van a diferentes librerías, a quienes captan por cámaras, y luego ven que venden en línea o en tianguis, a más bajo precio”.
Bautista López añadió que sus colegas y ella perciben que existen dos tipos de robo, por una parte “quien realmente desea el libro, se lo lleva” y por otra esta sustracción más sistematizada. “El que haya una banda que sepa qué libros son caros, que los tome y luego los re venda, constituye un delito más grave”.