Morelia, Michoacán. (OEM-infomex).- Se dice que en la época en la que Venustiano Carranza era senador de la República, organizaba tremendas tertulias literarias en compañía de personajes como José Juan Tablada y Carlos Pereyra, con quien por cierto terminaría peleado.
En países como Francia, España e Inglaterra, desde el siglo XVII ya se daban reuniones entre amigos para hacer lecturas en voz alta, llevar textos propios y ser sometidos a la revisión de los pares, lo que se formalizó en el siglo XIX con los famosos cafés literarios.
Esa costumbre, la de reunir en un solo lugar a los amantes de las letras, por fortuna sigue viva en ciudades como Morelia. Un ejemplo es el que encabeza Abdías Martínez, quien cada jueves desde hace dos años organiza los “Jueves literarios” en el bar La Pulke, ubicado en el centro de la ciudad.
A este ese sitio se desplazan poetas y narradores que toman el micrófono para exponer sus creaciones sin importar que sean jóvenes estudiantes que se inician en la literatura o viejos lobos de mar que, ya con obra publicada, continúan amando estas prácticas de convivencia.
“Son dos años ininterrumpidos de los Jueves literarios, sin fallar a uno solo, así sea fines o principios del año. Al inicio eran unas cuantas lecturas, poca la gente que se animaba a pasar al escenario, pero poco a poco nos fuimos afianzando y hacíamos invitaciones previas para asegurar una participación nutrida, con tanto éxito que ahora ya tenemos a muchos espectadores que también escriben y participan”.
Pero no todo se reduce a lecturas en vivo; ha sido tanto el entusiasmo de los escritores aglutinados bajo este proyecto, que aquí se han presentado libros, plaquetes e incluso ya tienen su propia revista digital donde se incluyen los mejores textos. También han brotado talleres literarios para mejorar la calidad de los manuscritos; en suma, es una comunidad que está creciendo en participantes y productos para lectores.
Martínez sostiene que quien integra un club o taller literario tiene la necesidad de ser escuchado, “y es más fácil si lo haces entre amigos que te den consejos, recomendaciones, observaciones muy puntuales a lo que haces. Después de ese proceso ya te atreves a ir a un bar para ser visto, y la magia surge cuando, como complemento, hay gente que va a ese mismo bar para escuchar poesía”.
Aunque la idea primigenia sonara extraña, lo cierto es que hoy en día La Pulke no es el único bar que ofrece noches de tertulia, pues existen espacios como Kitsch, frente a la antigua central de autobuses, que también organiza rondas de lecturas bajo la coordinación del escritor Marco Antonio Regalado. Al mismo Abdías le han hablado de otros sitios para replicar la experiencia, pero acepta que por el momento es suficiente con“los Jueves literarios”; “es una joda”, remata.
Y es que, hablando de nombres, a estos jueves se han integrado escritores como Juan García Chávez, Óscar Quevedo, Enrique Alejos, Maribel Arreola, Janette Soria, Ricardo Pérez Campos, Nikté Ha Yalit, Gil Cuadra, el mismo Marco Antonio Regalado, entre muchos otros.
Ya entrados en el arte, las lecturas han sido complementadas con música en vivo y hasta con piezas teatrales, por lo que la experiencia es completa. No hay, subraya Martínez, un filtro estético para el tipo de literatura que se presenta cada jueves. “Estamos alejados de la censura y no nos interesa una literatura canónica o académica; hay trabajos muy estéticos pero otros muy sucios, en el buen sentido de la palabra”.
La revista virtual
Como un esfuerzo extra por registrar lo más selecto de los“Jueves literarios”, Abdías Martínez en conjunción con el editor Jorge Arriola han publicado la revista virtual De pulke y otros versos, la cual acumula cinco números disponibles gratuitamente en la plataforma Issue.
Se cuentan ya por decenas las escritoras y escritores que han colaborado, a la que también se suman ilustradores, pintores y fotógrafos para un diseño más atractivo.
Algunos números han sido de texto libre y otros monotemáticos, como el más reciente publicado a inicios de noviembre y dedicado a la muerte, con colaboraciones de México y el extranjero.
Con el propósito de no caer en la rutina, los jueves han encontrado dinámicas alternativas que encajan en el ánimo de escritores y audiencias. Un ejemplo es el Ring Poético, donde los escritores “luchan” mano a mano para obtener un cinturón simbólico que los acredita como campeones de la improvisación.
También han realizado los roast, una variable del stand up para que escritores hablen mal de un colega a manera de escarnio público. Y finalmente el Burdel Poético, donde simulan estar en un salón de baile en el que las cartas no son de bebidas nacionales e internacionales, sino de textos eróticos que son susurrados al oído por su autora o autor.
Los planes para el futuro son muchos, desde seguir con los números de la revista hasta repetir la noche erótica en pleno febrero de 2020.
“En un entorno literario desfavorable, donde las instituciones no apoyan publicaciones o encuentros, donde no hay becas, tenemos que salir adelante por nosotros mismos para no depender de nadie. Es el caso de los ‘Jueves literarios’, aquí estamos, por nuestra cuenta y vamos por más”, concluye Martínez.