Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Implementado en 1931 por el presidente Pascual Ortiz Rubio, el Día del Cartero y Empleado Postal se celebra cada 12 de noviembre en México. El motivo de la honra tiene un dato histórico: en 1922, un tren que transportaba 50 millones de pesos en oro y cientos de cartas sufrió un aparatoso accidente, con víctimas mortales.
Pese a que el hecho daba oportunidad a la rapiña, dos trabajadores del servicio postal que iban de pasajeros se dedicaron a rescatar tanto oro como documentación para entregarlos a sus legítimos dueños. Así, nueve años después el gesto fue reconocido y desde entonces es una fecha para festejar a quienes se encargan todos los días de llevar desde una carta individual hasta un paquete pesado a casas y oficinas.
Jorge tiene 15 años desempeñándose como cartero en Correos de México (antes Servicio Postal Mexicano) y lo hace en el centro de distribución ubicado en la calle Yucatán, de la colonia Molino de Parras, en Morelia. Dice que cumple con el perfil ideal para este oficio, pues una de sus virtudes es la facilidad para aprenderse direcciones y el sentido de la ubicación.
“En ese entonces sí había más auge por escribir una carta personal, era algo muy común, ahora ha quedado un poco en desuso, pero sí existen, sobre todo se escriben mucho desde Estados Unidos”, refiere este hombre que con tres lustros en dicho empleo ha podido colaborar para la manutención familiar.
Un día de rutina para Jorge comienza a las siete de la mañana, momento en que abren las primeras “sacas”, es decir, los costales atiborrados de documentos que esperan llegar a su destino. Es entonces cuando se sube a la bicicleta y recorre una zona compuesta “por unas mil 300 casas”, una cantidad bárbara que sin embargo alcanza a cubrir en las jornadas más extenuantes.
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Dice que, al menos en su caso, aún hay mucha gente que sí se acuerda que el 12 de noviembre se celebra al cartero, por lo que en esa semana las propinas son más jugosas o incluso llega a recibir algún presente.
Por su parte, Gustavo acumula 16 años de servicio y cree que la tecnología cambió por completo la manera personal de comunicarse entre personas. Si nos remontamos al 2004, no existían las redes sociales ni el WhatsApp, por lo que todavía era viable escribirse por carta.
Lo que sí distingue es que la gente que vive en rancherías aún opta por esta vía de comunicación. Cuenta incluso que en Radio Ranchito existe el programa conocido como “La Chaparrita de Oro”, a través del cual se lee al aire el intercambio epistolar que a él le toca trasladar. Además, narra que en la escuela primaria hay un programa especial donde a los niños se les inculca la escritura de cartas, así que acuden a la oficina de Correos para depositarlas.
Aunque tiene tiempo que no lo hace, Gustavo también llegó a escribir cartas, “se las mandaba a unos primos que viven en la Ciudad de México, era la forma en que sabíamos cómo estaban y era muy emocionante cuando contestaban, el momento en que llegaba el cartero y hacía sonar su silbato”.
Alejandro, que también cumple 15 años en el oficio, coincide en que el Internet es la principal causa para ya no escribir cartas, pero en cambio, el envío de mensajería nunca baja: recibos de banco, postales y muchos productos que se verán incrementados con compras en línea en esta época del Buen Fin.