Morelia, Michoacán.- El Conservatorio de las Rosas es un espacio muy significativo para la capital michoacana, ya que tiene una historia interesante de cómo surgió, lo que llegó a ser y lo que ahora es en la actualidad.
Este espacio primero era el convento de Monjas Dominicanas de 1594 a 1738, luego se convirtió en el Colegio de Niñas de Santa Rosa María de 1743 a 1870, posteriormente fue un Hospicio para hombres y mujeres, más tarde fue un Cuartel Militar y la Casa Agrarista, y hasta 1950 se convirtió en el Conservatorio de las Rosas.
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El exconvento de Santa Catalina de Siena fue edificado por dominicos en el siglo XVIII en un estilo barroco. Sus principales características son sus columnas monolíticas y están elaboradas con una sola piedra. Este lugar siempre se destacó por su intensa actividad musical.
Cuanto la orden dominica se trasladó a un nuevo convento en 1743, se fundó el lugar como Colegio de Santa Rosa de Santa María, en donde tenía como propósito educar a las niñas y mujeres legítimas españolas pero que eran huérfanas, y funcionó hasta 1870, cuando fue clausurado definitivamente luego de una década de cierres parciales.
Hasta finales de la década de los 40, se instaló la Escuela Superior de Música Sacra, con el fin de otorgar una formación profesional de músicos de iglesia, sin embargo, su existencia terminó en 1914, pero en ese mismo año se organizó en Orfeón Pío X, que representó la continuidad de la clausurada Escuela, el cual funciona en la actualidad y es sede del internacional famoso Coro de Niños Cantores de Morelia y de la Orquesta de Cámara de Morelia.
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Para 1921, el Orfeón se convirtió en Escuela Oficial de Música Sagrada del Arzobispo de Michoacán, en donde en 1926 se otorgaron los primeros títulos de “Licencia de Canto gregoriano” y “Magisterio en Composición”. Entre los titulados se encontraba Miguel Bernal Jiménez, recibido en 1927, y al año siguiente fue enviado a Roma para especializarse en órgano y a su regreso ocupó la plaza de maestro de este instrumento.
Entre 1930 y 1934 la Escuela funcionó en el edificio de las Rosas, pero otra vez fue desalojada, por lo que continuó su trabajo en locales improvisados. En 1938, ya bajo la dirección artística de Miguel Bernal Jiménez, se diseñó un nuevo plan de estudios y la institución empezó a ser considerada como Escuela Superior de Música Sagrada y otorgar, además del “Magisterio en composición” y “Licenciatura en Canto Gregoriano”, la “Licenciatura en Órgano”.
Es por ello que el Conservatorio de las Rosas se convirtió en una de las instituciones de enseñanza de música y de alto nivel, con gran prestigio en todo Latinoamérica.