Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La avanzada de fotógrafos extranjeros que recaló en México durante la primera mitad del siglo XX, dejó una marca indeleble en sus colegas mexicanos al propiciar en ellos la búsqueda de nuevos derroteros estéticos.
Así lo refirió el fotógrafo moreliano Mauricio Morales Olivares, quien en entrevista para El Sol de Morelia dijo que la presencia de Edward Weston y Tina Modotti, así como de Henri Cartier-Bresson “provocó que los fotógrafos mexicanos apartaran su mirada lejos del pictorialismo y el costumbrismo, e hizo que voltearan a ver dentro de sí, permitiéndoles con esto realizar cualquier tipo de experimentaciones estéticas con la cámara”.
Mencionó a Agustín Jiménez, Lola y Manuel Álvarez Bravo, además de los “poco conocidos” Aurora Eugenia Latapí y Luis Márquez, como los artistas de la lente que denotan mayor influencia de los vanguardistas que llegaron después de la Revolución en busca del México profundo.
En relación dicha búsqueda, Morales Olivares señaló que los fotógrafos extranjeros fueron también “marcados por nuestro país”, lo cual se hace patente en la estética de cada uno, –dijo– “en especial en la obra de Tina Modotti se aprecia claramente cómo es que ella veía y sentía a México”.
“El México profundo lo buscaron fotógrafos como Henri Cartier-Bresson, Hellen Levitt, y varios mexicanos fuera del ‘mexican curious’ logrando grandes imágenes. Al mismo tiempo, fotógrafos como Paul Strand, Ruth D. Lechuga o Bernice Kolko vinieron buscando la imagen del México cliché y también realizaron muy buenas fotografías”, dijo tras señalar que “la representación del paisaje, durante esa época, se vio muy influenciada por el pictorialismo y posteriormente por la Época de Oro del Cine Mexicano”.
Olivares Morales agregó que Michoacán fue testigo del paso de “muchos de los grandes fotógrafos de la época, quienes lograron imágenes –ahora icónicas– del volcán Paricutín y del Lago de Pátzcuaro”.
A pregunta expresa sobre sus influencias, dijo que el libro “El Inframundo de Juan Rulfo” le descubrió esa faceta artística del auto de Pedro Páramo, quien a pesar de ser un fotógrafo costumbrista le causó una grata impresión.
De la pasada vanguardia mexicana, me influyó Agustín Jiménez. Encontré sus fotografías por casualidad en un lote de revistas antiguas del año de 1932. Me pareció que eran fotografías nada comunes y busqué información sobre él, pero no encontré nada ya que era casi un desconocido. Actualmente se han publicado varios libros biográficos y muchos artículos sobre su obra