Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Hace más de 12 años que el actor, dramaturgo y director escénico Rubén Ángel escribió la pastorela El pato, la Estrella y el Santo, sátira de la tradición religiosa donde se mezcla el humor, la idiosincrasia mexicana y las contradicciones de toda sociedad independientemente de su época.
Tras esta década rebasada en la que se ha presentado en todo tipo de foros, la obra cumple un año más de vida con funciones en el Centro Cultural Clavijero los días 26 y 29 de diciembre.
Entrevistado por El Sol de Morelia, el autor refiere que la obra se basa en las pastorelas tradicionales, pero con el ingrediente del mundo contemporáneo “un poco irreverente pero sin faltarle el respeto a las creencias de nadie, es tan sólo un ejercicio para reírnos de esa dualidad del bien y del mal”.
En la trama, los pastores se encuentran con un ángel que les anuncia el nacimiento del Niño Jesús, pero como ellos son tan pobres nunca habían escuchado ni visto cosa semejante, y como tienen tanta hambre lo confundirán con un pato, por lo que su apetito amenaza con echar a perder las escrituras bíblicas. Sobre este punto, el dramaturgo apunta que quiso hacer una comparativa con el proceso de la Conquista de América, con esos espejos desconocidos y unos hombres barbudos vistos como los enviados de una deidad.
Uno de los pastores es Julián (Fernando Martínez), boxeador cubano que se prepara para la pelea más importante de su vida, solo que confunde el camino a Miami con el camino a Belén. Heriberto (Salvador Almanza), misógino y afeminado, tratará de llegar a su destino al lado de Jacinta (Deyanira Espitia), mujer bravucona e inocente que ve con alegría ese complicado rumbo sin rumbo.
El cuadro de comedia lo complementan el Diablo machista (Waldemar Aguilar), su diabla enamorada (Sandra Rangel) y el propio Rubén Ángel como el arcángel Miguel. El conflicto es visto por su autor como “una relación tóxica que al final tiene como enseñanza el amor”.
Aunque la pastorela es una representación teatral que juega mucho con la sátira y que año con año crece en cuanto su oferta escénica, para Rubén Ángel este texto se ha sostenido bien con el paso del tiempo, ya que exhibe valores y gags que no están sujetos a modas de corto plazo.
GÉNERO DESPRECIADO
Pese a que la comedia es uno de los elementos más presentes en el teatro y uno de los grandes retos para autores e intérpretes, Rubén Ángel considera que al menos en lo referente a pastorelas satíricas éstas siguen siendo despreciadas en los circuitos de becas e incentivos institucionales, pues aunque no se menciona en las convocatorias, lo hechos parecen afirmarlo. Así ha ocurrido con esta puesta en escena, misma que pese a tener apoyo de distintos ayuntamientos para tener presentaciones, no logró cerrar un apoyo estatal que completara el círculo.
“Plantearles una pastorela es como hablarles de nada, no lo toman en cuenta, es algo a lo que no valoran pese a que impacta a tanta gente”. De esta manera, El Pato, la Estrella y el Santo ha caminado desde la independencia, terreno no tan sencillo pero que para el actor es más sólido porque “nos enseña a ser más fuertes”.