Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Un referente importante de Morelia es el punto de confluencia en el que culmina la Calzada Juárez y comienza lo que se conoce como la Avenida Camelinas, un lugar de mucho movimiento vehicular en el que Alfredo Zalce dejó su impronta con tres piezas monumentales, las llamadas Estelas de la Constitución.
La historia de este monumento tripartita nos la cuenta a grandes rasgos el pintor, grabador, escultor y discípulo de Zalce, Mizraím Cárdenas Hernández, el cual contó que las estelas vieron su origen a finales de los años 60 del siglo XX.
Cárdenas Hernández contó que las susodichas Estelas “fueron una forma que tuvo el maestro Zalce de retribuir a las construcciones que estaban haciendo en Camelinas, una avenida que pasa por donde está su casa –conocida en la actualidad justamente como Casa Zalce-; realmente lo hizo por una cuestión de generosidad, no tanto porque no tuviera forma de pagar la pavimentación que le correspondía”.
Las obras de Zalce hacen referencia a las estelas prehispánicas que se hicieron en Mesoamérica antes del arribo de Cristóbal Colón y sus compatriotas ibéricos.
Entre sus características se encuentra que las piezas no llegan al punto de ser esculturas como tal, sino que son piezas, bloques o muros con relieve.
Como dijo Cárdenas Hernández, se trató de una idea que participó de una tendencia neo prehispánica que tuvo sus principales referentes en la arquitectura.
Otro ejemplo de este estilo se encuentra en el Museo de Antropología e Historia, en la Ciudad de México “donde tenemos la Estela principal, creo que la hizo José Chávez Morado”.
Entonces, Zalce se encargó de un proceso creativo que implicó, primero, dijo, la realización de maquetas en barro y yeso, “de eso se sacaron unos moldes para que los canteros que estaban tallando pudieran tener referencia de qué hacer”. El material con que las realizaron es cantera, traída desde la región de Tlalpujahuja, “si hubiesen sido con cantera normal yo creo que esas Estelas ya se hubieran derruido desde hace años, me imagino que la de Tlalpujahua es más resistente”.
Una vez que estuvieron listas, vino la parte de la recepción por parte del público moreliano. En este punto es de recordar que hay monumentos que en sus inicios no tuvieron aceptación, como el caso de la torre Eiffel de París o el Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia, suerte que al parecer no fue el caso de las Estelas de Zalce.
En este sentido, Cárdenas Hernández mencionó que “no hubo un rechazo como tal, de cierta manera cuando haces un monumento de este tipo hay opiniones a favor o en contra, pero hasta ahora no han salido registros que gente que estuviera en desacuerdo”.
En cambio, expuso que sí hay registros pero del proceso como tal, es decir “lo que tiene que ver con los contratos, los bocetos, dibujos del momento de la construcción que hicieron otros artistas como en el caso de Henri Jean Charlot, el cual me imagino vino de visita y mientras Zalce trabajaba en las Estelas le hizo un dibujo”.
Esa información, anotó, se encuentra en el Archivo Zalce, resguardado en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM campus Morelia.
También hay que notar otro detalle, las Estelas de la Constitución no han sido vandalizadas, algo que en esta ciudad resulta asombroso. Quizá este último adjetivo pueda ser un tanto grandilocuente, pero sólo basta pensar en lo que ha ocurrido con las esculturas del Bosque Cuauhtémoc, actualmente destruidas o en las placas robadas y las bancas dañadas en el centro histórico para justificarlo.
Es algo que Cárdenas Hernández atribuye por una parte al diseño de las Estelas, que tienen un soporte con forma curva en su base y que no hace tan sencillo acercarse a las piezas; mientras que por otra, la posición en que se encuentran le complica a cualquier grafitero el pasar desapercibido.
Pero aunque se han salvado de las intervenciones en aerosol, las Estelas sí han sufrido la contaminación y las lluvias, tanto así que a decir de Cárdenas Hernández “es urgente una restauración en sí de las obras, porque hay desprendimiento de muchos elementos, como Melchor Ocampo –representado en una de las piezas- del que ya se cayó una mano y parte de la cara; sí se tiene que atacar ese daño porque si no poco a poco se irán perdiendo las figuras, es un llamado que se hizo desde antes de la pandemia”.