Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hacer teatro es como cocinar un plato gourmet, mientras que la televisión es semejante a comer papas picantes con un ritmo frenético, asegura el actor Nacho Tahhan, quien se encuentra realizando proyectos en ambos medios con: la obra “Los humanos” y la telenovela “Mujer de nadie”.
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El primero de estos es un proyecto dirigido por Diego Del Río, que recién se estrenó en el Foro Shakespeare de la Ciudad de México. Es una adaptación al contexto capitalino, pues originalmente se presenta en Nueva York, Estados Unidos.
"De lo que va (Los humanos), es que una familia se junta para navidad en el centro de la CDMX, en ese proceso de la cena empiezan a dejarse entrever miedos y circunstancias complejas”
“La obra original pone a los personajes en Nueva York luego del 9-11 y nosotros lo extrapolamos a los terremotos, a partir de ese miedo generalizado de los temblores se exploran los miedos internos; de eso va la obra, los temores internos", mencionó. La temporada de “Los humanos” en el Foro Shakespeare se extenderá hasta el 28 de septiembre.
A raíz de esta y otras experiencias sobre las tablas, Nacho Tahhan expresó que el teatro resulta semejante a "una comida gourmet, que lleva su tiempo de cocción y luego hay que terminar de poner cosas, la vida en el teatro no se termina en el estreno, uno sigue asimilando información".
El segundo proyecto es la más reciente producción de Giselle González, un remake de una telenovela de 2004, donde Nacho Tahhan y Azela Robinson hacen los papeles de los antagonistas principales. En el caso del actor, encarna a Leonardo Ontiveros, que como buen villano, aporta la gasolina para que gire la rueda de la historia.
"Como se ha escuchado, hacer al villano es mucho más divertido que interpretar a los buenos, hacer al villano es hermoso porque son personajes que tienen muchos objetivos, hacen pasar cosas y hacen avanzar la historia", mencionó.
Además del teatro y la televisión, Nacho Tahhan también ha realizado cine, pero más allá de compararlos y decir si uno es mejor que otro, dice adaptarse a cada lenguaje.
"La premura con que se trabaja en televisión te vincula con la velocidad de tener que resolver rápido; es similar a comer papitas enchiladas o botanas así; en el cine se trabaja un poco parecido al teatro porque se pueden hacer más tomas de una misma escena pero una vez que lo hiciste ya queda, sin posibilidad de volver".
"Cada cosa tiene su gusto, no por comer botanas vas a dejar un buen plato ni viceversa”, explicó el artista.
