Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- La historia de la película El Viaje de Keta es una de las que constantemente se repite en el cine mexicano independiente, pues batalló para conseguir recursos, no obtuvo financiamiento gubernamental y luego de siete largos años apenas consiguió unas cuantas salas comerciales para su exhibición.
A pesar de ello, haber formado parte del proyecto como productor valió la pena, refirió el michoacano Santiago Ortiz Monasterio, quien señaló a El Sol de Morelia que todavía existen ciertas resistencias para abrazar a historias que hablen de manera desenfadada sobre el consumo de drogas en el país.
Dirigida por Julio Bekhór y Fernando Sama, El Viaje de Keta narra la vida de una maquillista excedida de peso que angustiada por no tener trabajo, termina como dealer (distribuidora de drogas) en un cerrado círculo social, por lo que vende sus productos lo mismo a una señora de alta sociedad, a una actriz de telenovelas y a una monja católica.
En esencia, la película habla abiertamente sobre la falta de información para consumir ciertas drogas que están prohibidas en el país; lo hace desde un tono de comedia y sátira donde se critica la doble moral y se analiza el alcance de los nuevos medios de comunicación.
Sin embargo, para hablar de los orígenes de la producción habría que remontarse a 2013, cuando Bekhór y Solana comenzaron a grabar las escenas sueltas como si se tratara de varios cortometrajes y sin saber en qué iba a terminar todo eso. En cuadro vemos a caras bastante conocidas del cine y la televisión nacional: Leticia Huijara, Fabiola Campomanes, Patricia Reyes Spíndola, Angélica María, Regina Orozco y Mónica Dionne, además de Mayte Vallejo en el rol estelar y actuaciones especiales de Gabriel Retes y Humberto Busto. Nadie cobró por sus actuaciones e incluso algunos de los histriones terminaron como socios de un ambicioso y arriesgado proyecto.
Con guion de Beto Cohen (Ella es Ramona) la cinta se terminó de grabar en 2014 y entonces comenzó su larga etapa de postproducción, con todo lo que ello implica en edición, corrección de color, sonido y lo necesario para dejarla lista en la pantalla grande.
La labor de Santiago era la de conseguir dinero, socios, empresas y particulares que se aventuraran en una película “cuyo reparto es tan dispar, pero a la vez tan encantador”, refiere.
Mónica Lozano, quien ha producido más de 30 largometrajes en este milenio, entró “al quite”.
“Cuando tienes un buen proyecto, la gente llega sola, así que se sumaron personas como Fernando Sama y Antonio Bribiesca en la edición, Ernie Schaeffer en la postproducción, Daniel Ortiz en el sonido directo, Salvador Troche y Ricardo Arteaga en el diseño sonoro”, confesó, a la vez que agregó otros nombres que hicieron posible una cinta cuyo valor de producción rondaría en los 8 millones de pesos, pero que no llegó ni al millón.
Una vez que lograron una edición ágil y sin desperdicios, El Viaje de Keta se proyectó en el Transilvania International Film Festival, se le abrieron las puertas fuera de competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y pasó por muestras de Suiza, Estados Unidos y Quintana Roo; para entonces era 2017 y faltaba un esfuerzo y mayúsculo: que llegara a cines comerciales y espacios concurridos como la Cineteca Nacional, pero la respuesta de quienes la administran fue negativa.
“No encontramos apoyo en Fidecine ni Foprocine, mientras que la Cineteca nos negó la distribución, lo que nos parece increíble porque exhiben cintas como Joker que están en todos lados y no necesitan salas extras. ¿Por qué no darle oportunidad a una producción como la nuestra, que es mexicana, que abre el debate sobre el consumo de las drogas?”, se cuestiona el michoacano.
Finalmente, El Viaje de Keta se proyectó en varias salas de Cinemex y algunas alternativas, por lo que ha concluido su ruta en la pantalla grande y espera que en el corto plazo llegue a circuitos independientes y plataformas digitales.
No encontramos apoyo en Fidecine ni Foprocine, mientras que la Cineteca nos negó la distribución, lo que nos parece increíble porque exhiben cintas como Joker
Santiago Ortiz Monasterio. Productor michoacano
