Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- En un encuentro concretado a distancia, como ha sido la característica de este formato híbrido del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), realizadores de cortometrajes coincidieron en señalar que de esta manera podría encontrar un nuevo aire toda vez que cada vez será más difícil encontrar presupuestos para la producción de cintas de largo aliento.
Julián Hernández, quien participa con El día comenzó ayer, aseguró que ante la eliminación de fondos públicos para apoyar a cineastas mexicanos, la realización de cortometrajes irá al alza, pues este formato puede concretarse con menos recursos y sin invertir tanto tiempo. “No es que nos refugiemos en el corto”, aclaró quien también participa con el largometraje La Diosa del Asfalto, pues dice tener tantas ideas en la cabeza que no abandona esta posibilidad a la par de construir sus cintas más ambiciosas.
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Sobre el hecho de que el FICM se haya realizado casi en su totalidad a distancia y con proyecciones en dispositivos, los cortometrajistas coincidieron en señalar que por una parte se pierde la magia y el romanticismo de entrar a una sala oscura y ver con todo detalle cómo se concretó una obra, además de que se extravía la posibilidad de coincidir con colegas y personas de la industria. Empero, por otra parte, este tipo de prácticas posibilitan que sean mucho más los espectadores que puedan ver los cortometrajes en cualquier parte de la República.
Uno de los invitados a la sesión fue el michoacano Mariano Rentería, que debuta en el terreno de la ficción con la película Un rostro cubierto de besos. Sobre su trabajo, dijo que quiso reflejar el acecho al que todos los días se enfrenta una trabajadora sexual, por lo que el principal mensaje es qué se siente ser vigilado.
Abundó que este festival “le ha dado mucho a los cineastas michoacanos” y por ello es un poco triste verlo tan vacío, “pero se aplaude que lo hayan realizado”.
Indra Villaseñor participa con Pinky Promise, relato del despertar sexual de mujeres adolescentes. Visitante frecuente del FICM, señaló que aunque ya prepara su primer largometraje, nunca piensa renunciar al pequeño formato. “Es una sensación muy linda ver tu película en el cine, porque aprecias todo, pero tenerlo en línea lo abre a todo público, es una retroalimentación directa y que llega a muchas personas de cualquier parte”, subrayó sobre la pregunta acerca de este formato híbrido de la justa otoñal michoacana.