Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Entre los Premios Estatales de Literatura 2020 –dados a conocer ayer–, salta a la vista la obra “Espejos y espejismos del México Antiguo”, escrita por un autor francés que ha radicado 40 años en nuestro país a fin de estudiar, desde diversas disciplinas, su pasado y presente.
El Sol de Morelia platicó con el escritor y guionista francés Dominique George Maurice Dufétel Crimet, ganador del Premio de Ensayo “María Zambrano”, sobre los motivos que lo llevaron a escribir la obra y el contenido de la misma.
Colaborador y editor en la revista “Artes de México”, Dufétel Crimet reconoció que su trabajo como coordinador de 4 números de la revista relativos al tema de la serpiente, fue el caldo de cultivo para “Espejos y espejismos…”, obra dividida en tres ensayos que tratan sobre las nociones de apariencia, realidad, dualidad y transformación en el México Antiguo.
Para entrar en materia sobre el binomio “Apariencia-realidad” –del que parte el primer ensayo–, relató cómo la Pirámide del Sol pasó del olvido en que se tuvo durante el virreinato, a su rescate durante el siglo XIX –para el centenario de la Independencia–, en el cuál el arqueólogo Leopoldo Batres fue encomendado por Porfirio Díaz de “destapar la pirámide de tierra y vegetación”.
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“Resulta que por la premura, al llegar a la cima de la pirámide, Batres tuvo que recurrir a los explosivos porque el trabajo humano ya no le alcanzaba. Al usar explosivos fue muy fácil destruir esa silueta original; entonces hizo un arreglo, lo emparejó rápido para que estuviera lista para las fiestas del centenario de la Independencia”, dijo para señalar que “la forma original está muy deformada”.
Con dicha anécdota, ejemplificó la visión “muchas veces fantástica” e idealizada que sobre la Antigüedad se suelen formar lerdos y estudiosos, pues –dijo– “hay infinidad de mitos alrededor de ella y creemos que realmente fue así, cuando generalmente acudimos a una puesta en escena, como pasó también con las pirámides de Egipto”.
El guionista de los documentales Paquimé, la ciudad del desierto (1991), Chichen-Itza (1991) y Ciudades del México antiguo (1991), explicó que el segundo ensayo–“De mellizos, andróginos y otros dobles”– aborda un tema importante en la concepción del mundo de los mesoamericanos: la dualidad.
A partir de un análisis y discusión con autores como la arqueóloga francesa Laurette Sejorné y el poeta Rubén Bonifaz Nuño, discute “el principio de la simetría en la reflexión del espejo” para proponer que en Mesoamérica no existe tal concepción occidental, porque “siempre hay una pequeña diferencia”.
Sobre el ensayo “Avatares de la Serpiente Antigua”, tercero y último de la obra galardonada con 20 mil pesos y la promesa de publicación, Dufétel Crimet reflexiona sobre la transformación de la serpiente –desde la Conquista hasta el siglo XX–, en relación al arte, la heráldica y la simbología contenida en la escena del águila devorando al enigmático reptil.
“Ese símbolo se retoma después de la Independencia y después se multiplica de una manera excesiva, porque incluso mucha de la pintura del siglo XIX alude en paisajes a la simbología del escudo de manera implícita. Después, en el siglo XX, con el descubrimiento del Templo de Quetzalcóatl la figura retoma mucho fervor, inclusive Vasconcelos lo retoma en su campaña y escritores como D.H. Lawrence quedan fascinados por ese tema”, explicó.