Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Aproximaciones a temas como la contaminación de la bahía, el narcotráfico y la corrupción intestina de los gobiernos locales, constituyen los ejes del documental "Zihuatanejo. Allá en la Costa Grande", dirigido por Erick Rams y producido por Sinestesia Ads, Media & Films.
En entrevista para El Sol de Morelia, Alberto Zúñiga, productor de la película, explicó que más allá de la "dualidad" con que se ubica a la ciudad costera junto a Ixtapa, "Zihuatanejo tiene una historia milenaria" que intenta ser interpretada en la película, a fin de acceder a la actualidad del lugar, atravesado por muchas problemáticas que, sin embargo, no mella a la "tierra zanca" –dijo– "porque la mayor fortaleza que tiene es su gente".
"No sólamente Zihuatanejo, sino todo Guerrero ha sido un estado históricamente con una serie de situaciones conflictivas que de alguna manera lo han puesto contra las cuerdas en temas relacionados con educación, narcotráfico y un montón de cosas", dijo sin dejar de mencionar que el abordaje de la contaminación de la bahía se entreje con el desvío de recursos destinados a su saneamiento, para señalar actos de corrupción.
Aunque el documental vio la luz en 2017, después de itinerar por muestras y festivales de México y Argentina –además de recibir varios reconocimientos–, se estrenó de manera comercial el pasado 8 de diciembre mediante las plataformas Amazon Prime video direct y Video on demand.
Explicó que el origen del proyecto tiene una historia peculiar: al mudarse a la ciudad costera en 2015, Leonardo Palafox –fotógrafo del documental– conoce al director, quien "ya llevaba un rato de producción, pero al no haber fondos se había encayado el proyecto". Fue su amistad con el fotógrafo lo que propició el encuentro con el director, y de ahí Zúñiga se sumó al equipo como productor.
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"El documental no sólo es terrorífico por sus temas, al contrario, es también una aproximación desde este pasado hasta llegar al momento actual que contiene cosas super positivas del lugar... creo que el atractivo más importante de Zihuatanejo, además de sus playas y paisajes, es su gente", advirtió.
A pregunta expresa sobre los retos que enfrentó el equipo durante el rodaje, comentó que tocar temas ineludibles como el narcotráfico los puso "en el ojo de una comunidad tan chica como Zihuatanejo". Sin embargo, pese a algunos incidentes que pudieron entrever como advertencias del crimen organizado, señaló que siempre se sientieron "arropados por la comunidad".
En ese sentido, Alberto Zúñiga recordó que durante el preestreno de la película en el centro cívico de la ciudad, tuvieron unas de las presentaciones al aire libre "más emotivas" –dijo– "porque la gente, al verse reflejada, gritaba, lloraba y cantaba, al reconocerse en pantalla, lo cual nos dio mucha satisfacción".
"Este documental tiene eso, no sólo aporta a los temas de la contaminación, el medio ambiente, el rezago educativo y las desigualdades económicas, sino que también hay un trabajo con la gente que es capaz de reconocerse", señaló.