Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El Día de Muertos se encuentra a la vuelta de la esquina y aquí te explicamos cómo se compone el altar tradicional.
La Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana indica que fue el sincretismo entre las costumbres españolas e indígenas lo que originó el altar de muertos que conocemos hoy en día.
Y es que la celebración del Día de Muertos no tiene un carácter homogéneo, sino que va añadiendo diferentes significados y evocaciones según el pueblo indígena o grupo social que la practique.
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Por ello el altar de muertos es la representación iconoplástica de la visión que tiene una sociedad sobre el tema de la muerte; en concreto sobre el altar de siete niveles se menciona que en el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto, mientras que el segundo se destina a las ánimas del purgatorio.
Es en el tercer escalón donde se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio. En el cuarto piso es donde se coloca uno de los elementos centrales y más deliciosos de esta festividad, nos referimos al pan de muertos.
El alimento y las frutas preferidas de los fieles difuntos se colocan en el quinto piso, mientras que en el sexto se colocan las fotografías de los fallecidos a quien se les dedica el altar.
Y es en el último escalón donde se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.
¿Qué elementos debe llevar un altar de muertos tradicional?
De acuerdo con la página del Gobierno de México y de la Universidad Veracruzana, el altar de muertos típicamente incluye sal y un mantel blanco, los cuales representan la pureza, la purificación de los cuerpos y el libre tránsito entre este mundo y el de los muertos.
Las velas y veladoras son objetos comunes en el altar, cuya flama simboliza la guía para que los difuntos encuentren el regreso a su antiguo hogar.
Las calaveritas que se incluyen representan la muerte y se remontan a la tradición de culturas mesoamericanas; por ello las calaveras de dulce que colocamos en el altar hacen alusión a esa tradición prehispánica.
El copal es un elemento que se utiliza desde la época prehispánica, que en conjunto con el incienso se utilizan para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
El agua refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos.
Las flores de cempasúchil adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima; el color característico del cempasúchil es uno de los símbolos de la festividad.
El pan de muerto en el altar significa la fraternidad o el afecto hacia los seres queridos que han fallecido; la Universidad Veracruzana explica que el pan es una representación eucarística, el cual fue agregado por evangelizadores españoles.
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El papel picado le da a nuestros altares un un toque más alegre y es una representación del viento, como uno de los cuatro elementos que debe llevar el altar.
El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute.
La cruz es otro de los símbolos introducidos por los evangelizadores para incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos.
En la cúspide del altar es donde se coloca el arco del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
Y finalmente, el retrato del ser querido indica que es esa ánima la que va a visitar la ofrenda.
