Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Luego de la gran expectativa por escucharlo en una máster class, con decenas de personas formadas afuera del Centro Cultural Universitario, Alejandro González Iñárritu habló detalladamente de su más reciente película: “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades”, la cual describió como una ficción sobre el momento actual de su propia vida.
“Bardo parte del alma que se queda en el limbo, o algo que muere y está por renacer”, explicó el cineasta para diseccionar el origen del proyecto que se enfrentó a las complicaciones de la pandemia, por lo cual hubo tres equipos de preproducción.
Silverio Gama, el protagonista interpretado por Daniel Giménez Cacho, “está entre la realidad y la ficción, entre la vida y la muerte, entre la dualidad de ser padre y ser hijo”, dijo Iñárritu, quien agregó que una de las cosas más difíciles es elegir el casting, porque “si te equivocas ahí, no hay forma de salvar la película”.
Añadió que Daniel es “el mejor actor de México, pero lo importante es que nos parecemos mucho, tenemos la misma edad. El era Silverio Gama. Lo que hizo él fue increíble, porque interpreta a un fantasma que se enfrenta a sus miedos y no sobreactuó, borró el artificio de actor”.
Acompañado por Daniela Michel, González Iñárritu aceptó que en “Bardo” hay una semilla de “Birdman”, porque en ambas hay un hombre enfrentado a un dilema. Además, en la instalación de “Carne y arena” hay una experiencia inmersiva que también se ve en el filme que se estrenó en Morelia.
A diferencia de “Amores perros”, su cinta debut, la migración es vista como algo que va más allá, “es la identidad rota, muy personal. Apliqué la honestidad para contar cosas desde el privilegio, porque las heridas nos dan el sentido de la vida y honrar lo que se ha perdido te libera de muchas cosas. La película se aborda en lo filosófico, en lo personal y en lo estético, lo que la hace muy transparente”.