Morelia, Michoacán.- Los carteles de la Época de Oro del cine mexicano son una joya cultural e histórica que debe ser reconocida como un arte utilitario, afirmó el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Armando Bartra.
Durante la presentación de su libro Sueños de papel. El cartel cinematográfico mexicano de la época de oro, el historiador señaló que estos trabajos también ayudan a preservar la historia y la memoria colectiva de todos los mexicanos a través del cine.
"Los carteles son historia, en el mejor de los casos, son memoria porque son difusores de actividades sociales", señaló el profesor que llegó hasta la vigésima segunda edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Más allá de su valor estético y social, estas creaciones evocan la nostalgia de los tiempos pasados y a los grandes cines mexicanos del siglo XIX donde las personas eran atraídas por la gama de colores y figuras llamativas de estas imágenes.
"Ahora forman parte de la nostalgia pero fueron fundamentales en una época donde el cine mexicano tuvo su gran esplendor. Uno recuerda los grandes cines de hasta seis mil butacas como el Florida, de Ciudad de México".
Pedro Infante, Cantinflas, María Félix, Tongolele, Jorge Negrete, Silvia Pinal, entre otros, fueron plasmados en estos espectaculares por grandes realizadores como Josep Renau, Juanino Renau y Ernesto García Cabral que, nunca vieron las películas, pero supieron recrearlas.
Se hacían sin verla porque tenía que estar impreso al mismo tiempo que la película. Quienes se encargaban de pedirlos les decían 'aquí están los scripts y fotos. Queremos que tenga todos los elementos y que se vea atractiva'
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Asimismo, enfatizó que al igual que otras disciplinas creativas, el arte utilitario debe ser considerado al mismo nivel que los otros; razón por la que no debe desvalorizarse su técnica y su función social.
"La obra de arte no es la única que hay en los museos, sino todo lo que nos rodea. Cuando pensemos en las artes útiles hagámoslo sin que se crea que son inferiores y que deben ser degradadas".
La Época de Oro del cine mexicano surge no por la calidad de sus largometrajes sino que durante la Segunda Guerra Mundial, el principal país productor que era Estados Unidos concentró sus esfuerzos en la creación de propaganda bélica; lo que dejó un campo abierto para lo hecho en México.
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"No era donde se hacían películas maravillosas sino donde se producían en escala industrial porque había que cubrir un mercado. No hubieran existido los carteles sin la Segunda Guerra Mundial".
El FICM continúa en la capital michoacana, hasta el momento, han desfilado por las alfombras rojas artistas como Rodrigo Prieto, Jacques Audiard, Francis Ford Coppola, Bárbara Mori, María Aura, entre otros más.
