Morelia, Michoacán.- De café, chicle, limón, menta, mango y naranja con chile, y café son unos de los tantos sabores de los que se preparan las charamuscas, este dulce típico de Semana Santa.
Mónica Medina, quien se encuentra cada Jueves, Viernes y Sábado Santo frente al Templo de las Monjas, en Morelia, platica sobre cómo es la elaboración de esta golosina.
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Lo que se necesita para esta confitura, dice, es agua de manantial, limón, piloncillo y mantequilla; además de los sabores previamente mencionados. Mismos que son puestos a hervir para formar una sustancia líquida.
Todo lo anterior debe ser hervido en una olla de barro, "para que agarre sabor". Una vez que ya se tiene la mezcla, se procede a manejarla de manera manual, aun estando caliente, para darle la forma de espiral o anillada.
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Este trabajo de moldeado debe ser realizado en el momento y con una velocidad que permita que el caramelo no se enfríe y así lograr la forma deseada.
De acuerdo con la tradición popular, la charamusca simboliza la corona de espinas de Jesucristo que le fue puesta durante su crucifixión y se acostumbra a regalar a las personas que uno quiere para recordar todo lo que el hijo de Dios padeció.
Los colores blancos representan la pureza del primogénito de María Magdalena y el rojo su sangre; aunque las tonalidades son variadas pues dependen del sabor con el que se hagan.
A pesar de que en la actualidad este dulce ha ido perdiendo popularidad, Mónica Medina menciona que aún en Morelia "la gente sigue comprándola, incluso, cada año ya nos están esperando".
También, son pocos ya quienes se dedican a la creación de esta golosina, sin embargo, en la capital michoacana durante estas fiestas es frecuente encontrar a los vendedores afuera de los recintos religiosos ofertándola.
"A 20 pesitos los tres aritos grandes, y a 20 la bolsita con cinco", dicen los oferentes mientras las personas hacen filas para probar este manjar de esta temporada religiosa.