Carolina Pavia: la historia de una artista michoacana

Tiene 28 años y su trabajo la ha llevado a colaborar con marcas como Nivea, Danone, La Costeña y Mercedes Benz

Josafat Pérez | El Sol de Morelia

  · sábado 6 de marzo de 2021

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Un café cerca de su casa antes del mediodía, ideal para llevar a su nena de 2 años y conversar sobre lo que ha aprendido en una década de trabajo que apuntala su promisoria carrera de pintora. Firma como Carolina Pavia y antes de dedicarse formalmente a la plástica hacía graffiti. Al nacer su primera hija, a los 18 años, la alternativa fueron las clases particulares y el trabajo autodidacta. De ahí supo que para vivir del arte debía ser “un pulpo multiusos” y tomárselo en serio: organizar su día para dedicarlo a su familia, casa y taller.

“Soy mi propia jefa, entonces yo defino si hoy me mato trabajando o me relajo, pero siempre estoy pendiente de mi trabajo… tiene sus pros y contras, porque si no te pones las pilas, nadie te enseñará a hacerlo”, dice sonriente con esa mirada que recuerda a Nahui Olin, pintora y musa del controvertido Dr. Atl.

Tiene 28 años y su trabajo la ha llevado a colaborar con marcas como Nivea, Danone, La Costeña y Mercedes Benz. Desde que a los 15 se inició en el graffiti, la pintura no la abandonaría. “Tuve una etapa de juventud desenfrenada y me rodeé de amigos que estaban cerca del graffiti y aunque de pequeña me imaginaba siendo actriz, siempre tuve gusto por el dibujo, por eso cuando comencé a pintar murales me encantó y de ahí pasé casi naturalmente a la pintura”, relata. No se arrepiente de esa decisión porque entre su obra personal y el trabajo para empresas corporativas –a las que debe darles “algo que no les ofrezca un diseñador gráfico de planta”–, sale a flote sin tener que dedicarse a otra labor.

“Soy una extensión de mi obra, toda mi historia y lo que soy, lo reflejo en mi trabajo. A pesar de que la gente no me conozca, me identifica con mi obra”, advierte. Hablamos de los artistas que suelen ser más reconocidos por el personaje que por su propia obra. No le gusta Frida Kahlo, sin embargo Salvador Dalí está entre sus favoritos.

La gente que la vio crecer en la pintura le ha dicho que Remedios Varo es muy patente, pero ella prefiere a Gustav Klimt, El Bosco y los surrealistas. Confiesa que en este momento de su carrera ya le dejó de importar complacer al público. “Como creador tienes que sondear en tu persona para saber qué es lo que quieres decir, más allá del gusto de los demás”, asegura.

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En ese sentido, la pandemia le ha servido para “atreverse a experimentar” y ahondar más en sus obsesiones. Se hace tarde, pero la charla continúa en el patio del café-librería. Llegamos a la política en el arte y le pregunto cómo se percibe en un medio en el cual predominan los varones.

“La mujer es criticada en el mundo del arte y su trabajo es menos valorado que el de los hombres, en gran parte por factores externos a la obra”, señala. Y antes que yo se lo pregunte, me dice que ella concibe al feminismo más allá de la confrontación y la demanda de espacios para las mujeres, como “una reconstrucción, un re-aprender a valorar a las y los demás no mediante la competencia, sino desde la admiración”, mencionó.

La conversación se demora con la grabadora apagada. Ahora habla del trato que algunas instituciones dan a los artistas en Morelia. Advierte que ella –junto a otros colegas muralistas–, se ha mostrado reacia a colaborar cuando la promesa de pago es a 6 meses y no hay garantías ni adelantos justos –dice– “para comprar materiales y transportarse al sitio”.

El último proyecto que rechazó enarbolaba una causa social, pero ante la opacidad con que suelen manejarse la instancias públicas de cultura, el tufo a oportunismo político la llevó a declinar. Son tiempos electorales y los creadores –a veces mimados por el poder, casi siempre usados y despreciados por éste– deben marcar su distancia. “Es tiempo de que las instituciones sepan que merecemos un trato digno porque vivimos de nuestro trabajo”, afirma.