Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En febrero llegará a salas nacionales la película Agua de arrayán, un filme que sigue los pasos de la peregrinación religiosa que se hace en Jalisco, para presentar un viaje de redescubrimiento.
En entrevista, el productor ejecutivo de esta película, Juan Pablo Palomera Bravo, expuso que la película en cuestión “está basada en una historia de fe, del reencuentro con uno mismo a través de un personaje que perdió la esperanza y no confía, pero se lanza a este peregrinar de tres días en los que encuentra muchas dificultades”.
Por tanto, más que ser un viaje iniciático, la narrativa presenta un trayecto pero de reconciliación y búsqueda de apoyo “porque a veces llega el momento en que se siente que ya no se puede seguir caminando y entonces se buscan ayudas más bien espirituales”. Para encarnar la historia, participan los intérpretes Eugenio Bartilotti, Itati Cantoral, Eduardo Santamarina, Michelle Rodríguez, José Carlos Ruiz y Alberto Estrella, por mencionar algunos.
No sobra decir que la película se apoya en la ruta del peregrino en esta parte del occidente mexicano, que a decir de Palomera Bravo, es “una de las más importantes tradiciones de Jalisco, es una peregrinación que va de la ciudad de Guadalajara hacia el municipio de Talpa de Allende, pues los peregrinos acuden a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Talpa; se hace desde hace 300 años y actualmente hay la visita de hasta unos seis millones de peregrinos”.
Pero además del largometraje de ficción, el equipo también generó un documental llamado La odisea, “que es como el detrás de cámaras en el que hablan los artistas, es para retratar cómo es que se logró la realización de este sueño del director -y guionista- Alejandro Robles, ahí plasmamos eso”.
A propósito de esta cuestión, el productor ejecutivo mencionó que Agua de arrayán fue realizada en su totalidad de manera independiente, lo cual fue sobradamente complicado porque además de los objetivos que eso ya contiene, el equipo se enfrentó a la pandemia.
“Fue muy difícil, duramos cuatro años para preparar el proyecto en lo que se escribió el guión y los preparativos; luego comenzamos el rodaje pero fuimos interrumpidos en tres ocasiones por la pandemia, con lo complicado que es regresar elenco y colaboradores”. Normalmente una filmación implica de dos meses, pero estas interrupciones alargaron el proceso a seis meses de rodaje. “Fue toda una odisea, como lo dice el documental, para poder lograrlo, pero creo que con fe y esperanza se pueden lograr muchas cosas”.
Por otra parte, Palomera Bravo afirmó que luego de que sea presentada en salas de cine, Agua de arrayán será subida a plataformas “estamos en negociaciones, todavía no hay definido cuál será pero la idea es que primero esté en la pantalla grande y luego en las pantallas de los dispositivos”. En lo que toca al documental, Palomera Bravo mencionó que ya fue presentado en octubre, dentro de la Gran Fiesta del Cine Mexicano (GFCM), en Guadalajara “pero también queremos presentarlo en plataformas”.
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Sobre el GFCM, cabe decir que es un festival independiente de apoyo a la producción y exhibición de cine mexicano, para que realizadores, principalmente jaliscienses, puedan mostrar su trabajo.