Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Michoacán, aparte de ser un gran productor agrícola, es bien conocido por ser uno de los estados más turísticos del país. Gracias a la cultura, gastronomía, gente y paisajes, las tierras michoacanas se han convertido en las favoritas por los visitantes nacionales e internacionales, tanto así, que la entidad cuenta con ocho pueblos mágicos.
A pesar de ser el estado con mayor número de pueblos con esta categoría (lugares con relevancia histórica, turística, cultural y/o religiosa), algunos de esos municipios son pasados por alto en comparación con los más conocidos como Pátzcuaro, Tzintzuntzan o Cuitzeo.
Por ello, hoy viajaremos por tres de los pueblos mágicos olvidados de Michoacán, que a pesar de no ser tan nombrados, guardan su propio encanto: Jiquilpan, Angangueo y Tacámbaro.
Jiquilpan
"El lugar de las plantas tintóreas", o Jiquilpan en purépecha, fue nombrado como pueblo mágico desde el 2012 gracias a sus construcciones históricas tales como el Exconvento Franciscano que data de la segunda mitad del siglo XVI.
Lo más valioso de este lugar, no es el templo en sí, sino el Cristo que reside dentro del santuario, el cual fue un regalo del rey Carlos V a Fray Jacobo Daciano, quien fuera parte de la realeza danesa.
Por otra parte, se encuentra el Histórico Templo del Sagrado Corazón, construido en el siglo XIX, el cual funcionó como cuartel militar en 1918 para después transformarse en teatro y sede del Cine Revolución.
Este municipio gana importancia al ser la cuna del General Lázaro Cárdenas Del Río, por lo que su pueblo guarda las memorias, archivos y deseos en un museo dedicado a la vida del expresidente. Sin embargo, dos de las herencias más importantes que dejó a Jiquilpan el general, son el Bosque Cuauhtémoc y el Bosque Juárez, pulmones verdes que por decreto deberán conservarse.
Es preciso mencionar que este pueblo mágico cuenta con una vista hermosa del centro de la ciudad, lleno de jacarandas, fuentes, construcciones coloniales y demás bellezas arquitectónicas y naturales, tal como sus cuerpos de agua y su cercanía al Lago de Chapala y Jalisco.
Angangueo
El municipio llamado Mineral de Angangueo, (nombrado así por su importancia minera), se encuentra entre los cerros haciendo honor a su nombre purépecha "lugar entre montañas".
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Al igual que Jiquilpan, fue añadido a los Pueblos Mágicos en el 2012, pero no son las construcciones de Angangueo lo que hace importante el municipio para el país, sino la llegada de esas especies extranjeras que año con año visitan Michoacán: las mariposas Monarca.
Elegido como santuario por estos pequeños insectos voladores, la región del pueblo mágico se llena de ellas durante las épocas invernales, dando un espectáculo sin igual para aquellos que son afortunados de observarlo.
Tacámbaro
Aunque en tiempos recientes este municipio es famoso por su producción aguacatera, Tacámbaro guarda una historia heroica entre sus calles, misma que en 2012 lo colocara entre los Pueblos Mágicos.
También conocido como "El Balcón de la Tierra Caliente" por su clima templado, un 11 de abril de 1865 el General Nicolás de Régules venció al ejército proveniente de Bélgica, que venía a reforzar a las fuerzas galas durante la Intervención Francesa.
Esta batalla se recrea cada año en el pueblo, siendo una de las fiestas populares junto con la Fiesta de San Jerónimo.
Por último, entre las atracciones del Balcón de la Tierra Caliente se encuentran sus paisajes naturales tal como La Alberca, cascadas como la de Arroyo Frío, entre otras.
Ahora no tienes excusas, la próxima vez que busques dar una vuelta por las tierras michoacanas, visita estos tres lugares mágicos.