La inseguridad continúa como el principal pendiente a resolver porque grandes franjas territoriales continúan socavadas por la delincuencia organizada que provocan hartazgo, agobio y angustia en la sociedad que no escapa de esos tentáculos ni del temor fundado.
Llama la atención que en las últimas semanas en Morelia se hayan registrado cuantiosos homicidios dolosos, los actores políticos están enmarañados en los asuntos electorales y abandonan su principal responsabilidad, garantizar la seguridad para que la gobernabilidad no resulte utópica.
En los últimos días la violencia muestra su músculo, un empoderamiento sombrío que cobra vidas y genera más incertidumbre que amenaza la capacidad de asombro porque parece, en ocasiones, que se tiende a normalizar la violencia.
Hace unos días reinició la actividad escolar tras el periodo vacacional invernal, a través de la educación se puede forjar una conciencia crítica que es imprescindible para analizar e interpretar la realidad, resulta evidente que los países más desarrollados tienen al ámbito educativo como una prioridad porque sin dicho elemento no se aspira a los auténticos cambios. Es precisa la educación porque provoca el despertar social.
La democracia se fortalece a través de la educación porque facilita la adquisición y promoción de valores que resultan trascendentes, en gran medida el avance social descansa en dichos pilares. Es un asunto axiológico que bien puede influir para nuestra salvación como sociedad, para Sócrates el valor más eminente lo representaba la justicia.
Son tiempos complejos, violentos, que no dejan de sacudir poblaciones enteras, por ello el rubro de la educación jugará un papel definitivo, la clase política refleja mucho de lo que somos. Las argumentaciones de muchos actores políticos exponen la precaria formación, ausencia de ideas y una machacona propaganda plagada de medias verdades se hace espesa, insufrible y frívola. Los escándalos les persiguen y la vergüenza al parecer la han perdido, como lo reflejó el convenio entre partidos opositores a Morena en Coahuila, repartición del botín.
Insistimos, la educación de calidad es una necesidad indiscutible porque fortalece la libertad, la investigación científica e indagar en las humanidades, todo ello en su conjunto moldeará una sociedad diferente que permanezca despierta y disipe la oscuridad de la ignorancia y la manipulación que en algunos momentos alcanza su más alto nivel.
En otros tiempos México contó con la contribución de servidores públicos que sentaron las bases de proyectos educativos que fueron en su momento cruciales en diferentes etapas de nuestro país, citaré por ejemplo a José Vasconcelos en la posrevolución en la presidencia de Álvaro Obregón, fue promotor de los clásicos así como del muralismo en el origen de muchas de las instituciones que prevalecen.
Años después otro destacado secretario de Educación fue el reconocido intelectual, diplomático y poeta Jaime Torres Bodet y el plan de 11 años, en su gestión iniciaron los libros de texto gratuitos.
Obviamente hablamos de otras etapas y edades históricas de México, falta otro diseño en la materia, más cobertura, mayores alcances y en ello tiene una gran influencia la aportación de los docentes porque son, lo diría Ignacio Manuel Altamirano, preceptores de ciudadanos.
Si, vivimos tiempos difíciles y ello anima a no perder la capacidad de asombro e indignación, la educación debe ser auténticamente una prioridad en el México del presente para interpretar mejor la realidad.
Presidente de la Crónica de Paracho 2020-2022, Trabajó como Secretario en Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria.