/ martes 15 de noviembre de 2022

¿Sustentabilidad o sostenibilidad?

La naturaleza no es un lugar para visitar: ¡Es el hogar mismo! Gary Sherman Snyder

Uno de los tópicos controvertidos y por demás, relevantes para la humanidad en el desarrollo de la sociedad en sus aristas ambientales, económicas y sociales, sigue siendo: el uso indiscriminado del término «sostenible»; pues ha generado un agotamiento de su acepción inicial en virtud de que, según los preceptos del marketing futurista, hoy en día todo aspira a ser sostenible; vocablo que goza de aceptación social por su perdurabilidad, así lo afirma Zarta Ávila Plinio, en su excelente artículo de investigación.

La sustentabilidad o sostenibilidad son conceptos decisivos para la humanidad; su relación con el presente y con el futuro del planeta son estratégicos para una adecuada interacción.

Con base en estos planteamientos, la edificación de una nueva cultura del individuo dentro de la sociedad, se hace necesaria, partiendo de la idea que lo sustentable contempla valores que deberían ser intrínsecos con nuestro comportamiento. El poder comprender la limitación de recursos escasos de una sociedad ante unas necesidades humanas diversas e ilimitadas y su relación con el índice de crecimiento.

Los fundamentos de lo «sustentable» traen consigo un nuevo enfoque sobre la necesidad de un cambio en la mentalidad humana, a través de una revolución cultural en la educación y en los valores de la sociedad.

La sustentabilidad tiene que ver con lo finito y delimitado del planeta, así como con la escasez de los recursos de la tierra; con el crecimiento exponencial de su población, con la producción limpia, tanto de la industria como de la agricultura; con la contaminación y el agotamiento de la “Madre Tierra “.

El concepto de desarrollo sostenible se ha propagado y enriquecido, pero también se ha fragmentado, separándose de su origen. El objetivo de lo sostenible es la satisfacción de las necesidades humanas y la consecución de las aspiraciones entendidas como «mejorar la calidad de vida para tener una vida mejor».

La esencia de la sustentabilidad está en lo transversal. La sustentabilidad es un concepto integrador valioso, por cuanto se adapta a cualquier lugar geográfico que se esté analizando, se adecúa a los diferentes objetivos que se estén considerando. Tiene en cuenta a las presentes y a las futuras generaciones, pero, sobre todo, retoma la necesidad nuevamente de concebir al ser humano como parte integrante de la biósfera.

Si se considera que el crecimiento económico, es como la capacidad de un país para proporcionar a su pueblo, bienes y servicios apropiados a sus necesidades, en donde se establezca una relación no-destructiva con la naturaleza y se promueva la equidad entre las diferentes clases sociales; la equidad social debe de ser concebida como el fortalecimiento de un estilo de desarrollo que no perpetúe ni profundice la pobreza ni, por tanto, la exclusión social, sino que tenga como uno de sus objetivos centrales la erradicación de aquélla y la justicia social.

Será garantía de una mejor calidad de vida para la población, con tecnologías limpias en una relación no destructiva y sí participativa con la naturaleza, en las decisiones del proceso de desarrollo, fortaleciendo las condiciones del medio ambiente y aprovechando los recursos naturales, dentro de los límites de la regeneración y el crecimiento.

Puede hablarse de un desarrollo sustentable, cuando desde el punto de vista económico, es admisible que no hay mejor incentivo en la vida que un trabajo estable y bien remunerado, en donde se genere empleo a través de proyectos comunitarios de emprendimiento con responsabilidad en el consumo y en la elaboración de tecnologías que eliminen los clorofluorocarbonos y los gases de efecto invernadero; lo que esté relacionado con la creación de un tejido social con empoderamiento en su territorio a través de una cultura ciudadana; y lo ambiental sea coherente con la formación cultural, con el sistema de valores; preservando y conservando los bienes naturales e inmateriales, patrimonio de la sociedad.

La clave de la sustentabilidad está en la transversalidad, es decir, en los desarrollos comunes entre los subsistemas considerados que constituyen el progreso de un lugar y/o territorio específico, regulando el avance del hombre con su entorno y estableciendo una relación armoniosa entre lo económico, lo social, lo ambiental, lo cultural y el sistema de valores.

La sustentabilidad sería una disciplina articulada del conocimiento y una nueva manera de repensar la relación de los hombres con la naturaleza, a partir de la integralidad de las dimensiones económicas, sociales, ambientales y de valores, que conlleve a una revolución global de supervivencia con el planeta.

¿Será posible considerar, hoy en día, una sociedad sustentable bajo las actuales condiciones del sistema económico?


Dr. en Educación J. Jesús Vázquez Estupiñán

Rector de la Universidad La Salle Morelia

jve@ulsamorelia.edu.mx

La naturaleza no es un lugar para visitar: ¡Es el hogar mismo! Gary Sherman Snyder

Uno de los tópicos controvertidos y por demás, relevantes para la humanidad en el desarrollo de la sociedad en sus aristas ambientales, económicas y sociales, sigue siendo: el uso indiscriminado del término «sostenible»; pues ha generado un agotamiento de su acepción inicial en virtud de que, según los preceptos del marketing futurista, hoy en día todo aspira a ser sostenible; vocablo que goza de aceptación social por su perdurabilidad, así lo afirma Zarta Ávila Plinio, en su excelente artículo de investigación.

La sustentabilidad o sostenibilidad son conceptos decisivos para la humanidad; su relación con el presente y con el futuro del planeta son estratégicos para una adecuada interacción.

Con base en estos planteamientos, la edificación de una nueva cultura del individuo dentro de la sociedad, se hace necesaria, partiendo de la idea que lo sustentable contempla valores que deberían ser intrínsecos con nuestro comportamiento. El poder comprender la limitación de recursos escasos de una sociedad ante unas necesidades humanas diversas e ilimitadas y su relación con el índice de crecimiento.

Los fundamentos de lo «sustentable» traen consigo un nuevo enfoque sobre la necesidad de un cambio en la mentalidad humana, a través de una revolución cultural en la educación y en los valores de la sociedad.

La sustentabilidad tiene que ver con lo finito y delimitado del planeta, así como con la escasez de los recursos de la tierra; con el crecimiento exponencial de su población, con la producción limpia, tanto de la industria como de la agricultura; con la contaminación y el agotamiento de la “Madre Tierra “.

El concepto de desarrollo sostenible se ha propagado y enriquecido, pero también se ha fragmentado, separándose de su origen. El objetivo de lo sostenible es la satisfacción de las necesidades humanas y la consecución de las aspiraciones entendidas como «mejorar la calidad de vida para tener una vida mejor».

La esencia de la sustentabilidad está en lo transversal. La sustentabilidad es un concepto integrador valioso, por cuanto se adapta a cualquier lugar geográfico que se esté analizando, se adecúa a los diferentes objetivos que se estén considerando. Tiene en cuenta a las presentes y a las futuras generaciones, pero, sobre todo, retoma la necesidad nuevamente de concebir al ser humano como parte integrante de la biósfera.

Si se considera que el crecimiento económico, es como la capacidad de un país para proporcionar a su pueblo, bienes y servicios apropiados a sus necesidades, en donde se establezca una relación no-destructiva con la naturaleza y se promueva la equidad entre las diferentes clases sociales; la equidad social debe de ser concebida como el fortalecimiento de un estilo de desarrollo que no perpetúe ni profundice la pobreza ni, por tanto, la exclusión social, sino que tenga como uno de sus objetivos centrales la erradicación de aquélla y la justicia social.

Será garantía de una mejor calidad de vida para la población, con tecnologías limpias en una relación no destructiva y sí participativa con la naturaleza, en las decisiones del proceso de desarrollo, fortaleciendo las condiciones del medio ambiente y aprovechando los recursos naturales, dentro de los límites de la regeneración y el crecimiento.

Puede hablarse de un desarrollo sustentable, cuando desde el punto de vista económico, es admisible que no hay mejor incentivo en la vida que un trabajo estable y bien remunerado, en donde se genere empleo a través de proyectos comunitarios de emprendimiento con responsabilidad en el consumo y en la elaboración de tecnologías que eliminen los clorofluorocarbonos y los gases de efecto invernadero; lo que esté relacionado con la creación de un tejido social con empoderamiento en su territorio a través de una cultura ciudadana; y lo ambiental sea coherente con la formación cultural, con el sistema de valores; preservando y conservando los bienes naturales e inmateriales, patrimonio de la sociedad.

La clave de la sustentabilidad está en la transversalidad, es decir, en los desarrollos comunes entre los subsistemas considerados que constituyen el progreso de un lugar y/o territorio específico, regulando el avance del hombre con su entorno y estableciendo una relación armoniosa entre lo económico, lo social, lo ambiental, lo cultural y el sistema de valores.

La sustentabilidad sería una disciplina articulada del conocimiento y una nueva manera de repensar la relación de los hombres con la naturaleza, a partir de la integralidad de las dimensiones económicas, sociales, ambientales y de valores, que conlleve a una revolución global de supervivencia con el planeta.

¿Será posible considerar, hoy en día, una sociedad sustentable bajo las actuales condiciones del sistema económico?


Dr. en Educación J. Jesús Vázquez Estupiñán

Rector de la Universidad La Salle Morelia

jve@ulsamorelia.edu.mx