/ lunes 28 de noviembre de 2022

Soluciones desde adentro, la batalla por la Tierra continúa.

El mundo alcanza 8 mil millones de habitantes, ha publicado el portal de noticias de Naciones Unidas. El mensaje sobre la cifra récord del 15 de noviembre de 2022 es titular de portales digitales y cabeza de noticias en la radio y la televisión. El anuncio dictará la agenda mediática en estos días y asumo, al momento de escuchar la nota, que las mesas de discusión y análisis en los medios de comunicación girarán en torno al avance de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El día transcurre para las y los ciudadanos del mundo y efectivamente, la información va fluyendo como cascada: el bebé 8 mil millones ha nacido en República Dominicana, publica ONU-Hábitat. El Fondo de Población de Naciones Unidas propone poner fin a la violencia de género en un mundo de 8 mil millones. El portal de la BBC plantea la pregunta sobre cuántas personas pueden albergar nuestro planeta. No escapa tampoco a nuestra atención que para el 2030 el 60 por ciento de la población mundial vivirá en las ciudades. Tal cantidad de seres humanos en el mundo -debaten las organizaciones internacionales- replantean los retos y oportunidades para enfrentar la desigualdad social, el desarrollo y el cambio climático, elementos que han traído consigo graves niveles de inseguridad alimentaria a nivel global con más de 345 millones de personas en crisis alimentaria apenas en los primeros meses de 2022, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) (Naciones Unidas, 2022).

Tras el recuento de estos hechos en las primeras horas del día, bajo una alerta que invoca un presente incierto y un oscuro futuro, el tema preocupa sobre todo si piensas que no eres parte de ningún movimiento o alguna acción que ayude no solo a detener, sino también a revertir las acciones que afectan al planeta y a quienes lo habitamos. Es probable que esa sensación de que nuestras actividades cotidianas no abonan en un cambio positivo y a escala importante es lo que generalmente desanima a caminar contra corriente en esta dinámica de vida desbordada por el consumismo y sus consecuencias, sin embargo no siempre es así, la creciente participación de la sociedad bajo un modelo de emprendimiento social, de la mano de la innovación social es una de las apuestas importantes que pueden contribuir a cambiar esta visión pesimista sobre la humanidad y su capacidad de generar desequilibrios, haciendo alusión en este sentido al economista Thomas R. Malthus (1766-1984), quien expone en la teoría que lleva su mismo nombre, que la población tiende a crecer más allá de los medios de subsistencia, y que su exceso será eventualmente disminuido por el hambre, las epidemias y las guerras (SCIELO, 2020).

No se puede negar ciertamente que existen iniciativas a nivel global fijadas en distintas agendas, entre ellas la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en cuyo eje se encuentran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este “plan de la ONU a favor de las personas, el planeta y la prosperidad”, fue firmado en 2015 por 193 países miembros la Organización de las Naciones Unidas, entre ellos México. Los objetivos a cumplir son: 1.Fin de la pobreza, 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar, 4. Educación de calidad, 5. Igualdad de género, 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 8. Trabajo decente y crecimiento económico, 9. Industria, innovación e infraestructura, 10. Reducción de las desigualdades, 11. Ciudades y comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsable, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina, 15. Vida de ecosistemas terrestres, 16. Paz, justicia e instituciones sólidas y 17. Alianzas para lograr objetivos. Por supuesto, este proyecto de colaboración incluye una metodología de seguimiento y evaluación que permite conocer los avances, alcance de las metas y los temas pendientes, así como las acciones futuras a implementar.

Al respecto, debo de reconocer que he traído el tema a este espacio al darme cuenta, tras un breve sondeo en un círculo cercano, que tanto jóvenes como adultos desconocían los retos de la Agenda 2030, no obstante admito de igual manera, que más de alguno hizo referencia a las acciones emprendidas para combatir al cambio climático y a las estrategias para la disminución del uso de combustibles fósiles.

¿Cuáles son algunos de los compromisos de México en materia ambiental?

A nivel de cooperación internacional se encuentra el Acuerdo de Cooperación Ambiental Plan Estratégico 2021-2025 que tiene como marco el nuevo tratado trilateral de libre comercio signado con los países de América del Norte, bajo esta visión del cuidado del medio ambiente a nivel regional. En materia energética, el gobierno federal anunció en este año la creación de parques solares en la frontera con Estados Unidos para exportar energía a algunos estados de ese país, además de la construcción de la planta fotovoltaica en Puerto Peñasco, Sonora. Asimismo, tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) para el 2030, el compromiso del gobierno de México es la producción del 50 por ciento de vehículos de cero emisiones.

De acuerdo con el Reporte 2021 de Cambrige, México obtuvo un avance moderado en las metas de los ODS relacionados con energía asequible y no contaminante. En el informe se destaca el incremento en el número personas con acceso a combustibles limpios y tecnologías para cocinar, además se disminuyó la liberación de CO2 a partir de la quema de combustibles fósiles, de la producción de cemento y de las importaciones (Responsabilidad Social, Empresarial y Sustentabilidad, 2022). En resumen, México obtuvo una calificación general de 69.1, ubicándolo en el puesto 80 en el índice de los ODS.

Sí, es probable que tengamos esa sensación de que esta suma de metas conlleva demasiada información que procesar, aun así los proyectos implementados para resolver estos asuntos cruciales vienen desarrollándose desde hace décadas, es decir, no es un tema nuevo, solo que nunca como ahora se había generado un despertar de conciencia sobre el hecho de trabajar en conjunto para hacer frente a lo que ya está sucediendo en nuestro entorno cercano y lejano. Es aquí donde ha surgido la oportunidad para el emprendimiento social y la innovación social como parte de la respuesta a los desafíos que enfrentamos como seres humanos. Estos cambios de actitud han traído consigo nuevas soluciones o bien, soluciones novedosas a problemas sociales.

A partir de la relación de estos dos conceptos se ha obtenido como resultado un modelo que incorpora la figura del emprendedor social en el que se resalta el papel de la innovación social para conseguir objetivos orientados al bien común, cuyo alcance puede escalar hasta concretar en la creación e implementación de políticas públicas.

Piensa globalmente, actúa localmente es una expresión que nos permite reflexionar sobre las acciones que de manera individual o colectiva podemos realizar en nuestro entorno inmediato en esta búsqueda de alcanzar condiciones de bienestar a nivel global. Por supuesto, tenemos la oportunidad de ser agentes de cambio, por esa razón tiene relevancia el crear iniciativas e impulsar acciones bajo un sistema de gobernanza que promueva la participación activa de las personas para la solución de problemas que afectan a la comunidad, con respuestas que involucren al sector público y privado para que estas soluciones tengan la oportunidad de ser replicables, privilegiando las voces de las personas involucradas y eligiendo propuestas sostenibles que generen indicadores medibles (COLEF, 2022).

Es verdad, son numerosos los proyectos en los que se trabaja bajo este modelo de Creación de Valor Social, y solo por situar algunos ejemplos claros y concretos implementados en Michoacán podemos situar el proyecto de baños ecológicos secos, puesto en práctica por Fundación la Planta en localidades ubicadas en la ribera del Lago de Pátzcuaro, en donde más mil 500 familias se interesaron en un nuevo manejo de desechos humanos bajo un esquema que incluía un cambio de hábitos, pero que además, consideraba el mejoramiento de las condiciones sanitarias de su entorno.

Sobre el proyecto de Baños Ecológicos Secos, implementado de 2009 al 2012, entrevisté a Salvador Ávila García, Director General de Fundación La Planta, para conocer su experiencia de trabajo con pobladores de Pátzcuaro, Tarerío, Ucazanaztacua, San Pedro Juácuaro, Puácuaro, las islas de Pacanda, Janitzio y Yunuén: “Fue un proceso social muy interesante, al principio fue difícil cuando llegamos a proponer la ecotecnia, pero al final del día la gente quedó muy agradecida. La comunidad se apropió del proyecto y lo hizo suyo. Por eso son importantes los proyectos sociales, se debe dejar que ellos participen, que conozcan la ecotecnia, que sepan el valor y las ventajas. La idea es que justamente ellos hagan sus acuerdos, ya que debe haber un compromiso muy fuerte para lograr construir, mantener y darle seguimiento al proyecto”. Sobre la condición actual del proyecto valdría la pena conocer si la población lo ha replicado en otras localidades y si el gobierno apoyó la iniciativa años después para lograr su sostenibilidad.

Algunos puntos a favor de la investigación en Michoacán para atender los ODS.

Los estudios realizados por la Universidad Michoacana sobre el aprovechamiento de los desechos de la madera para la producción de combustibles como energía alterna para la comunidad de San Francisco, Pichátaro en nuestra entidad, alienta un cambio para el mejoramiento de la calidad de vida en las zonas más marginadas. Vale la pena poner atención también en el trabajo del Grupo de Innovación Ecotecnologica y Bioenergía, cuya actividad ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables a través de ecotecnologías. De igual manera, resaltar el trabajo del Dr. Víctor Manuel Ruiz García, Premio Estatal de Tecnología 2022 en Michoacán, por los resultados y aportaciones sobresalientes en el desarrollo tecnológico nacional. Vale la pena mencionar que los ejes de investigación en tecnología del Dr. Ruiz García están orientados a lograr beneficios a la población energéticamente más vulnerable del país, en este sentido es importante tener presente que más del 20 por ciento de la población en México no satisface sus necesidades de cocción, calentamiento de agua y calefacción de una manera digna.

Y por supuesto para cerrar con esta breve aportación, Red Tsiri, que nace en 2009, y que hace posible sus acciones a partir de la colaboración con el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, A.C. y el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM, con el objetivo de crear un vínculo sin intermediarios entre los productores locales de maíz orgánico, talleres de tortilleras y consumidores solidarios, además de buscar dar valor a la tortilla nixtamalizadas de maíz nativo y agroecológico.

Estoy consciente de que transformar nuestro mundo no es nada simple, pero me niego a creer que debemos dejar en manos de los demás lo que nos corresponde a todos y todas hacer. La capacidad de observar y sorprendernos de lo que sucede a nuestro alrededor debe ser el aliento que da vida a nuestras acciones en el ahora, porque después tal vez sea demasiado tarde.

El mundo alcanza 8 mil millones de habitantes, ha publicado el portal de noticias de Naciones Unidas. El mensaje sobre la cifra récord del 15 de noviembre de 2022 es titular de portales digitales y cabeza de noticias en la radio y la televisión. El anuncio dictará la agenda mediática en estos días y asumo, al momento de escuchar la nota, que las mesas de discusión y análisis en los medios de comunicación girarán en torno al avance de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El día transcurre para las y los ciudadanos del mundo y efectivamente, la información va fluyendo como cascada: el bebé 8 mil millones ha nacido en República Dominicana, publica ONU-Hábitat. El Fondo de Población de Naciones Unidas propone poner fin a la violencia de género en un mundo de 8 mil millones. El portal de la BBC plantea la pregunta sobre cuántas personas pueden albergar nuestro planeta. No escapa tampoco a nuestra atención que para el 2030 el 60 por ciento de la población mundial vivirá en las ciudades. Tal cantidad de seres humanos en el mundo -debaten las organizaciones internacionales- replantean los retos y oportunidades para enfrentar la desigualdad social, el desarrollo y el cambio climático, elementos que han traído consigo graves niveles de inseguridad alimentaria a nivel global con más de 345 millones de personas en crisis alimentaria apenas en los primeros meses de 2022, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) (Naciones Unidas, 2022).

Tras el recuento de estos hechos en las primeras horas del día, bajo una alerta que invoca un presente incierto y un oscuro futuro, el tema preocupa sobre todo si piensas que no eres parte de ningún movimiento o alguna acción que ayude no solo a detener, sino también a revertir las acciones que afectan al planeta y a quienes lo habitamos. Es probable que esa sensación de que nuestras actividades cotidianas no abonan en un cambio positivo y a escala importante es lo que generalmente desanima a caminar contra corriente en esta dinámica de vida desbordada por el consumismo y sus consecuencias, sin embargo no siempre es así, la creciente participación de la sociedad bajo un modelo de emprendimiento social, de la mano de la innovación social es una de las apuestas importantes que pueden contribuir a cambiar esta visión pesimista sobre la humanidad y su capacidad de generar desequilibrios, haciendo alusión en este sentido al economista Thomas R. Malthus (1766-1984), quien expone en la teoría que lleva su mismo nombre, que la población tiende a crecer más allá de los medios de subsistencia, y que su exceso será eventualmente disminuido por el hambre, las epidemias y las guerras (SCIELO, 2020).

No se puede negar ciertamente que existen iniciativas a nivel global fijadas en distintas agendas, entre ellas la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en cuyo eje se encuentran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este “plan de la ONU a favor de las personas, el planeta y la prosperidad”, fue firmado en 2015 por 193 países miembros la Organización de las Naciones Unidas, entre ellos México. Los objetivos a cumplir son: 1.Fin de la pobreza, 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar, 4. Educación de calidad, 5. Igualdad de género, 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 8. Trabajo decente y crecimiento económico, 9. Industria, innovación e infraestructura, 10. Reducción de las desigualdades, 11. Ciudades y comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsable, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina, 15. Vida de ecosistemas terrestres, 16. Paz, justicia e instituciones sólidas y 17. Alianzas para lograr objetivos. Por supuesto, este proyecto de colaboración incluye una metodología de seguimiento y evaluación que permite conocer los avances, alcance de las metas y los temas pendientes, así como las acciones futuras a implementar.

Al respecto, debo de reconocer que he traído el tema a este espacio al darme cuenta, tras un breve sondeo en un círculo cercano, que tanto jóvenes como adultos desconocían los retos de la Agenda 2030, no obstante admito de igual manera, que más de alguno hizo referencia a las acciones emprendidas para combatir al cambio climático y a las estrategias para la disminución del uso de combustibles fósiles.

¿Cuáles son algunos de los compromisos de México en materia ambiental?

A nivel de cooperación internacional se encuentra el Acuerdo de Cooperación Ambiental Plan Estratégico 2021-2025 que tiene como marco el nuevo tratado trilateral de libre comercio signado con los países de América del Norte, bajo esta visión del cuidado del medio ambiente a nivel regional. En materia energética, el gobierno federal anunció en este año la creación de parques solares en la frontera con Estados Unidos para exportar energía a algunos estados de ese país, además de la construcción de la planta fotovoltaica en Puerto Peñasco, Sonora. Asimismo, tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) para el 2030, el compromiso del gobierno de México es la producción del 50 por ciento de vehículos de cero emisiones.

De acuerdo con el Reporte 2021 de Cambrige, México obtuvo un avance moderado en las metas de los ODS relacionados con energía asequible y no contaminante. En el informe se destaca el incremento en el número personas con acceso a combustibles limpios y tecnologías para cocinar, además se disminuyó la liberación de CO2 a partir de la quema de combustibles fósiles, de la producción de cemento y de las importaciones (Responsabilidad Social, Empresarial y Sustentabilidad, 2022). En resumen, México obtuvo una calificación general de 69.1, ubicándolo en el puesto 80 en el índice de los ODS.

Sí, es probable que tengamos esa sensación de que esta suma de metas conlleva demasiada información que procesar, aun así los proyectos implementados para resolver estos asuntos cruciales vienen desarrollándose desde hace décadas, es decir, no es un tema nuevo, solo que nunca como ahora se había generado un despertar de conciencia sobre el hecho de trabajar en conjunto para hacer frente a lo que ya está sucediendo en nuestro entorno cercano y lejano. Es aquí donde ha surgido la oportunidad para el emprendimiento social y la innovación social como parte de la respuesta a los desafíos que enfrentamos como seres humanos. Estos cambios de actitud han traído consigo nuevas soluciones o bien, soluciones novedosas a problemas sociales.

A partir de la relación de estos dos conceptos se ha obtenido como resultado un modelo que incorpora la figura del emprendedor social en el que se resalta el papel de la innovación social para conseguir objetivos orientados al bien común, cuyo alcance puede escalar hasta concretar en la creación e implementación de políticas públicas.

Piensa globalmente, actúa localmente es una expresión que nos permite reflexionar sobre las acciones que de manera individual o colectiva podemos realizar en nuestro entorno inmediato en esta búsqueda de alcanzar condiciones de bienestar a nivel global. Por supuesto, tenemos la oportunidad de ser agentes de cambio, por esa razón tiene relevancia el crear iniciativas e impulsar acciones bajo un sistema de gobernanza que promueva la participación activa de las personas para la solución de problemas que afectan a la comunidad, con respuestas que involucren al sector público y privado para que estas soluciones tengan la oportunidad de ser replicables, privilegiando las voces de las personas involucradas y eligiendo propuestas sostenibles que generen indicadores medibles (COLEF, 2022).

Es verdad, son numerosos los proyectos en los que se trabaja bajo este modelo de Creación de Valor Social, y solo por situar algunos ejemplos claros y concretos implementados en Michoacán podemos situar el proyecto de baños ecológicos secos, puesto en práctica por Fundación la Planta en localidades ubicadas en la ribera del Lago de Pátzcuaro, en donde más mil 500 familias se interesaron en un nuevo manejo de desechos humanos bajo un esquema que incluía un cambio de hábitos, pero que además, consideraba el mejoramiento de las condiciones sanitarias de su entorno.

Sobre el proyecto de Baños Ecológicos Secos, implementado de 2009 al 2012, entrevisté a Salvador Ávila García, Director General de Fundación La Planta, para conocer su experiencia de trabajo con pobladores de Pátzcuaro, Tarerío, Ucazanaztacua, San Pedro Juácuaro, Puácuaro, las islas de Pacanda, Janitzio y Yunuén: “Fue un proceso social muy interesante, al principio fue difícil cuando llegamos a proponer la ecotecnia, pero al final del día la gente quedó muy agradecida. La comunidad se apropió del proyecto y lo hizo suyo. Por eso son importantes los proyectos sociales, se debe dejar que ellos participen, que conozcan la ecotecnia, que sepan el valor y las ventajas. La idea es que justamente ellos hagan sus acuerdos, ya que debe haber un compromiso muy fuerte para lograr construir, mantener y darle seguimiento al proyecto”. Sobre la condición actual del proyecto valdría la pena conocer si la población lo ha replicado en otras localidades y si el gobierno apoyó la iniciativa años después para lograr su sostenibilidad.

Algunos puntos a favor de la investigación en Michoacán para atender los ODS.

Los estudios realizados por la Universidad Michoacana sobre el aprovechamiento de los desechos de la madera para la producción de combustibles como energía alterna para la comunidad de San Francisco, Pichátaro en nuestra entidad, alienta un cambio para el mejoramiento de la calidad de vida en las zonas más marginadas. Vale la pena poner atención también en el trabajo del Grupo de Innovación Ecotecnologica y Bioenergía, cuya actividad ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables a través de ecotecnologías. De igual manera, resaltar el trabajo del Dr. Víctor Manuel Ruiz García, Premio Estatal de Tecnología 2022 en Michoacán, por los resultados y aportaciones sobresalientes en el desarrollo tecnológico nacional. Vale la pena mencionar que los ejes de investigación en tecnología del Dr. Ruiz García están orientados a lograr beneficios a la población energéticamente más vulnerable del país, en este sentido es importante tener presente que más del 20 por ciento de la población en México no satisface sus necesidades de cocción, calentamiento de agua y calefacción de una manera digna.

Y por supuesto para cerrar con esta breve aportación, Red Tsiri, que nace en 2009, y que hace posible sus acciones a partir de la colaboración con el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, A.C. y el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM, con el objetivo de crear un vínculo sin intermediarios entre los productores locales de maíz orgánico, talleres de tortilleras y consumidores solidarios, además de buscar dar valor a la tortilla nixtamalizadas de maíz nativo y agroecológico.

Estoy consciente de que transformar nuestro mundo no es nada simple, pero me niego a creer que debemos dejar en manos de los demás lo que nos corresponde a todos y todas hacer. La capacidad de observar y sorprendernos de lo que sucede a nuestro alrededor debe ser el aliento que da vida a nuestras acciones en el ahora, porque después tal vez sea demasiado tarde.