En el sistema educativo se forjan amistades indisolubles. Muchos de los amigos más entrañables que se conservan a lo largo de la vida se conocen en la escuela. Este factor es tan importante, que muchos padres de familia llegan al grado de preferir inscribir a sus hijos en escuelas privadas en aras de incorporarlos a las redes relacionales que se tejen en las comunidades educativas de su elección, por considerarlas más convenientes o ventajosas para el porvenir de sus vástagos.
Estudios evidencian que, en cuanto a salarios promedio les suele ir un poco mejor a los egresados de ciertas escuelas privadas, precisamente por las posibilidades de movilidad social que les brinda a los estudiantes la pertenencia a grupos y a redes, lo que les permite contar con mayor cantidad de recomendaciones laborales, por encima de que en esas universidades existan programas institucionales de impulso a emprender, de su cultura empresarial, por contarse con una bolsa de trabajo, con un seguimiento de egresados efectivo, con mejor orientación vocacional o por la excelencia en el aprendizaje.
El clima organizacional en cada comunidad de aprendizaje es importantísimo. Aunque los planes y programas de estudio hablen de valores, mientras no se vivan, el ejemplo no cunde. En planteles donde los trabajadores de la educación tienen pugnas entre ellos, donde cunden la violencia y los malos tratos resulta muy difícil que se tejan redes de confianza entre seres humanos. Lograr armonía y un clima fraterno es sumamente importante para el aprendizaje.
La ponderación de los factores socioemocionales y su incidencia en el aprendizaje se ha reivindicado conforme han avanzado las investigaciones al respecto. Por ejemplo, recientemente, Mexicanos Primero demostró a través de su estudio “Equidad y Regreso” que los estudiantes de 10 y 15 años que se encontraban en situaciones de estrés, de ansiedad, de desvalorización de su autoimagen y padeciendo miedo aprendían menos que quienes no manifestaban padecer estas circunstancias negativas.
Sanar las comunidades escolares michoacanas es mucho más complejo que simplemente otorgarles becas, asignarles maestros o construir aulas. Se requiere una comprensión profunda de la vocación e identidad docente para convertirse en agentes transformadores en las comunidades escolares, por encima de las circunstancias que se padezcan.
En Mexicanos Primero consideramos que las niñas, niños y jóvenes deben de estar, aprender y participar en la escuela cursando trayectorias completas. El ejercicio pleno del derecho a aprender pone a cualquier egresado de una licenciatura, en tiempo y forma, al menos el noventa por ciento de su existencia formando parte de una comunidad escolar. Estar en un plantel escolar que no cuente con un entorno socioemocional adecuado significa, en los hechos, encontrarse sin condiciones para expresarse, participar y aprender.
Es muy importante que se coloque como prioritario el ambiente escolar, para que la convivencia, el aprendizaje, la participación y la recreación sean armoniosas y estar en la escuela se convierta en una experiencia modeladora de la ciudadanía del mañana que se desea construir. Promover valores como el de la amistad en las escuelas michoacanas sin duda sería disruptivo.
Este 14 de febrero es un gran momento para reflexionar, docentes, estudiantes, padres de familia, funcionarios educativos y la sociedad entera, respecto a lo que podemos aportar para mejorar el ambiente que se vive en las escuelas y el factor de cambio que podemos constituir con hacer esta diferencia.
la situación exterior es muy compleja ya. La convivencia cotidiana se encuentra enrarecida por la excesiva violencia, abusos, actos delictivos, corrupción, pobreza, marginación y muchos otros males sociales que padecemos cotidianamente. Sin duda, las instituciones educativas se prestan ampliamente para hacer el cambio para las próximas generaciones.
Contribuir a tejer amistades puede darse con la promoción de intereses comunes, ya que los estudiantes tienden a hacer amigos con aquellos que comparten intereses similares, como deportes, juegos, música, entre otros. También, mediante la proximidad geográfica, ya que, quienes viven cerca unos de otros o que están en la misma clase tienen más oportunidades de interactuar y formar amistades. Así también, que tengan la misma edad facilita la conformación de amistades. La realización de actividades extracurriculares, como las tareas, los clubes y los deportes, proporcionan oportunidades para la interacción social y la formación de amistades. Así también, las experiencias comunes, como trabajar juntos en un proyecto escolar, pueden fortalecer las amistades.
Paralelamente, es importante contribuir a que exista confianza y apoyo emocional entre pares, ya que tenderán naturalmente a formar lazos fuertes de amistad. Asi también, promover el respeto y la tolerancia, la cooperación, y pasar tiempos juntos
Estos factores pueden variar dependiendo del contexto cultural y social de cada comunidad escolar. Lo importante es que se enfatice la conformación de redes de amistad entre los estudiantes. Finalmente, se dice que somos el promedio de las personas con quienes más convivimos. Resultaría importante entonces generar lazos sanos y positivos de amistad entre los estudiantes para que se construyan círculos virtuosos, con amistades duraderas.
Es momento de pedir a funcionarios y candidatos políticas públicas que brinden las condiciones para que la amistad florezca entre los integrantes de las comunidades escolares, particularmente entre los sujetos de derechos: las niñas, niños y jóvenes, quienes deben tener garantía de poder estar, aprender y participar en un entorno armonioso, libre de violencia, de discriminación y, por ende, se convierta en un recinto donde cunda la amistad, que como sabemos, será un factor determinante del éxito en la vida de los estudiantes.
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*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.