La semana pasada en esta columna, escribí sobre las definiciones que serian importantes y trascendentales, durante el inicio de septiembre, una de ellas y quizá la mas importante en el bloque oficialista, era la de Marcelo Ebrard, quien nos ha sorprendido los últimos días.
También desde hace tiempo escribí, de la inminente implosión dentro de Morena, sin embargo, en ninguno de mis análisis, imaginé que vendría provocada por Marcelo Ebrard.
Marcelo, en esta lucha intestinal por ser el candidato de morena para la presidencia de la república, ha cimbrado lo más profundo de Morena, al poner en entredicho, la legitimidad del triunfo de Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, más allá del daño que ya hizo dentro de Morena y el inminente rompimiento, cada vez le quedan menos salidas a Marcelo, ya que decidió, dejar en la mesa de Morena, la fuerza y poder con su inminente salida.
Marcelo, abandonó la posibilidad de ser el coordinador del Senado en 2024 y con ello también tener el control de la más grande y fuerte corriente dentro de Morena
A menos que nos sorprenda en los siguientes días la jugada de Marcelo Ebrard, sólo le quedan unas pocas alternativas, por un lado, que los legisladores afines a su movimiento hagan una desbandada y se conviertan en una fuerza política suficientemente importante para negociar con Morena en el congreso, sin embargo, la poca lealtad y la conveniencia de esos legisladores lo hace cada vez menos posible.
En Morena, Marcelo ya no tiene espacio, estiró tanto la liga, al extremo de qué, si quisiera quedarse, sería a costa de su dignidad, ya no tiene tiempo para crear un partido político, ni tampoco irse por la vía independiente, aún no se cierra la puerta con Movimiento Ciudadano, aunque hoy tiene menos fuerza con el deslinde de Alfaro y Colosio, o quizá, si su rencor ante su entendida traición de Andrés Manuel, es tan grande, quizá acercarse al Frente Amplio por Mexico, podría ser la estocada final, de acuerdo a la sentencia del propio Marcelo
“Esto puede ser definitorio para el futuro de Morena más que para el futuro de Marcelo Ebrard”
Finalmente, lo que nos queda a los ciudadanos, es darnos cuenta, que sin importar de qué color sea la gorra de los políticos, a su conveniencia, se van a traicionar, van a abandonar sus ideales, van a abandonar sus lealtades, con tal perseguir un beneficio personal y no una representación popular, lo cual me confirma, que mientras las decisiones sigan estando lejos de la ciudadanía, vamos a seguir con el riesgo, de ser gobernados por alguien movido por sus caprichos y pasiones.
POSDATA:
Cuando parece que vimos todo, algún político nos sorprende y lo supera.
¡Es tiempo de los ciudadanos!
Abelardo Pérez Estrada
Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA