Ya estamos avisados. Doña Claudia nos dijo ayer que se va a tomar un respiro, unas vacaciones, después del maratónico informe que amenazó con lanzar el senil inquilino de Palacio Nacional en pleno Zócalo al mediodía. Pues, bien hecho. Y no solo por la friega del domingo, sino también porque necesita reagrupar fuerzas porque las cosas no pintan bien para arrancar su gobierno en las cinco semanas que le quedan.
Vayamos al grano. Las cosas ya se pusieron feas y habrá más turbulencia de la que vaticinan algunos noveles comentaristas. Y no solo me refiero a que nuestro súper peso podría brincar como chinampina en las próximas semanas una vez que los envalentonados legisladores de la 4T anuncien que ya le entregaron a López Obrador, con todo y moño como lo quiere el próximo secretario de Educación, la aprobación de la reforma judicial.
¡No se preocupen, será pasajero!, alzarán la voz los zalameros porristas. ¡Qué va! Es mucho más que eso. La retahíla de reformas que listó el inquilino de Palacio Nacional desde febrero apunta esencialmente a un cambio de fondo en las reglas del juego del régimen político y del funcionamiento de la economía como las hemos conocido hasta ahora. Se lo ilustro con dos botones de muestra: Borrar de un plumazo la autonomía constitucional de órganos como el INAI y Cofece (que aunque seguirán operando, no cumplirán el papel que los ciudadanos y consumidores necesitamos como contrapesos), y cambiar al sistema judicial federal de manera tal que su independencia queda en entredicho, como lo demostró la propia ministra Loretta Ortiz el fin de semana con sus infidencias.
Ahora, mis estimados, el cambio de reglas obliga a que cualquiera que esté interesado en invertir en el país pida una pausa, un tiempo fuera. Así de sencillo. Nadie en su sano juicio va a invertir si no tiene claro bajo qué reglas. ¿Ya vieron que las nuevas inversiones extranjeras están en mínimos? ¿Que los sobreprecios que exigen los inversionistas para comprar activos financieros mexicanos (primas de riesgo) están subiendo? ¿Que las calificadoras ya anticipan rebajas por el deterioro institucional y económico del país? Pues bien. México ya está en pausa para las inversiones. Y, claro, eso puede significar recesión en la economía (casi la mitad de la economía ya lo está) o crecer menos de 1% para los próximos años.
El asunto es serio, pero también simple. Que digan, sin tanto adorno ideológico, si quieren una economía centralizada en Palacio Nacional. Porque hacia allá parece apuntar la flecha. Y si es así, pues ya saben. Por eso, qué bueno que Doña Claudia se tome esos días para aclarar sus ideas, sopesar el arranque de su sexenio y definir cuál será el sello de su gobierno.
La nueva jefa
¡Listo! Emilia Calleja a CFE y Víctor Rodríguez a Pemex. Ambos reportarán a Luz Elena González y, entretanto, también a Ramírez de la O.
Colofón
En la última semana el rendimiento del bono mexicano a 10 años subió de 9.40% a 9.91%. Y eso, mientras que las tasas en el mundo siguen bajando.
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